El futuro de los servicios públicos

La plantilla de la concesionaria de autobuses urbanos amenaza seriamente con superar el récord de las 11 semanas de huelga del pasado verano. La del rural también está con paros, con lo que la ciudad está, literalmente, sin transporte público. Suena grave –y lo es–, pero, curiosamente, es como si no pasase nada en Jerez. El mercado, los bares y los comercios del centro están que trinan porque las pérdidas ya son cuantiosas, pero los usuarios parecen habérselo tomado con resignación, con una naturalidad sorprendente. Se han adaptado rápidamente a las circunstancias. En algunos casos se han buscado alternativas para desplazarse al centro y en otros han desistido directamente y se ‘buscan la vida’ por su zona de residencia para, por ejemplo, realizar sus compras.

Más allá de este caso del transporte, visto lo visto, uno no puede evitar preguntarse si no hay servicios públicos prescindibles en Jerez, teniendo en cuenta las características de la ciudad y, sobre todo, la situación tan delicada por la que atraviesa el Ayuntamiento. ¿Qué pasaría si se suprimiesen algunos de ellos? ¿Nos adaptaríamos igual que ahora sin autobuses? Quien suscribe alberga grandes dudas al respecto, pero sí confirma su convicción de que quizá sea hora de fijar prioridades y tomar medidas drásticas para salir de esta situación.

Cabe recordar que el Consistorio de Jerez es el segundo que más debe en España a proveedores. Ha remitido a Hacienda 12.999 facturas por importe de 328 millones de euros para acogerse a los famosos préstamos ICO y liquidar las deudas correspondientes. Supone prácticamente una tercera parte de todo lo que debe el Ayuntamiento. Si extrapolásemos esa situación a una familia, está claro que tendría que reducir considerablemente su nivel de vida, recortar gastos y suprimir todo aquello que no sea estrictamente necesario. ¿O no?