El arte de Freixenet

Elyssia es un cava que se mueve entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo joven y lo viejo

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Elyssia se mueve entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo joven y lo viejo. Con sus andares elegantes, tan femeninos sus aromas. Con esas notas de flor de acacia, como gotas por su cuello. Elyssia, delicadas maneras vestidas por la uva pinot noir dentro de su cuerpo. A veces voluptuosa, a veces simple dulzura diseñada por otra de sus cuatro uvas, llamada chardonnay. Elyssia, en fin, ropaje de mujer. Siempre un traje ajustado que le confiere carácter, un reflejo provocado por la uva macabeo, y por la parellada también. Elyssia es un cava de Freixenet. Un espumoso entre lo antiguo y lo nuevo, entre esos cien años cumplidos y otros cien que empiezan a caer. Un espumoso entre lo joven y lo viejo en una relación tan difícil de sostener… Excepto para Freixenet, y eso es arte.

El arte de mezclar vidas, de juntar el fruto de una y otra uva, de elaborar un espumoso que acaba por convertirse, ya sea de felicidad, en una fina burbuja. Y Elyssia también es fruta madura en la boca, una sucesión de sabores que se hacen querer. Pura suavidad del melocotón, la pera o la manzana, y en su momento de mayor placer. Es el arte de Freixenet.

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