Coronavirus
«Atendemos a pacientes con y sin síntomas. Nuestra protección es vital»
Los profesionales farmacéuticos exigen medidas de prevención contra el coronavirus Covid-19 y que se les considere sanitarios de riesgo
Son la primera barrera entre el paciente y los saturados centros de salud. La primera explicación, lenta, paciente, ante la avalancha de dudas, incertidumbre, miedo. Abiertos a las preguntas, las inquietudes y los virus. Siempre. Y ahora más que nunca, en plena crisis por el coronavirus . Solicitaron guantes, mascarillas y protección ocular desde la semana pasada , pero para Fernando Simón, su labor al descubierto de toses, estornudos y síntomas ajenos son «riesgos propios de su profesión». Excluidos, por tanto, para el reparto de material de protección que reclaman desde hace diez días porque es suficiente con mantener la distancia de seguridad. La indignación y la frustración son profundas y generales.
«Los farmacéuticos españoles estamos profundamente indignados con las desafortunadas palabras del director del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad en las que ha descartado públicamente que sea necesario suministrar material de protección a los más de 71.000 profesionales sanitarios de las farmacias», esgrime Jesús Aguilar , presidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos .
Son, como recalca, profesionales sanitarios; por formación y por vocación. No pueden cerrar porque dejarían zonas de la ciudad sin un suministro básico, tampoco pueden saltarse ninguna guardia. Y no lo hacen por ley, y por responsabilidad. «Estamos a pie de calle, en primera línea, siendo muchas veces el primer contacto con el sistema sanitario para el paciente. En estos momentos, además, con mucha más carga asistencial ya que a muchas personas les remiten directamente desde el centro de salud a la farmacia, donde vienen personas sanas, pero también muchas enfermas y donde además de dolencias físicas, atendemos incluso dolencias psíquicas en estos momentos de crisis, ya que somos asistenciales y también sociales», indica Miguel Ángel Gastelurrutia , presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Guipúzcoa.
Hay establecimientos pequeños en los que se ha instalado un pasillo de ida y otro de vuelta para intentar mantener ese metro de seguridad. Otros han instalado mamparas de metacrilato sufragadas por su propio bolsillo. También se sugiere que dispensen la medicación por el guardiero.
Ya se encargan de renovar la medicación de los pacientes crónicos durante 90 días. Les vale con introducir el CIF para evitar que se tenga que ir al centro de salud en caso de pérdida de la tarjeta. A las personas mayores o en cuarentena les indican que les llamen por teléfono y serán los propios farmacéuticos quienes les suban la medicación a casa.
Catorce farmacias cerradas
Recuerdan que hace un mes se agotaron las existencias de mascarillas, cuando se empezó a expandir la incertidumbre y la población hizo acopio de ellas. Ahora miran con incomprensión que haya quien acuda al supermercado con mascarillas de alta protección, y sin saber utilizarlas, y ellos atiendan a pacientes, con y sin síntomas, sin medios.
¿Quieren las autoridades que acabemos todos infectados?, se preguntan. « Hubo una falta de previsión a nivel general. Porque hace un mes esto era una gripe . Y ahora ni las distribuidoras ni los proveedores tienen mascarillas», dicen desde el Colegio de Farmacéuticos de Madrid. Ayer, indican, lograron repartir una partida de 10.000 mascarillas entre las casi 3.000 farmacias que hay en la capital. Apenas tocan a tres por establecimiento. Insuficientes para el personal. Las consecuencias ya se están notando. Si la semana pasada eran nueve las farmacias cerradas, ayer se contabilizaron catorce por bajas del personal. En una ciudad grande, el ciudadano podrá acudir a otra, pero el cierre de una farmacia en el ámbito rural complica la vida de toda una localidad.
Son conscientes de las dificultades, de la limitación de los medios, y por eso mismo exigen material de protección, para evitar que el contagio se extienda. Está en su vocación de servicio pensar en los demás. «Todos los ciudadanos saben que los farmacéuticos somos profesionales sanitarios que estamos en la primera línea de asistencia. Cada día más de dos millones de personas acuden a nuestras farmacias a retirar su medicación . La protección de nuestros farmacéuticos es vital, no solo para la salud de los nuestros, sino, además, para garantizar la adecuada continuidad asistencial y prestación farmacéutica a todos nuestros ciudadanos, que es lo más importante», prosigue Aguilar.
Tras las palabras de Simón, solicitaron una rectificación de su discurso y la consideración de la farmacia como labor de riesgo. Sin embargo, la pregunta lanzada al Ministerio de Sanidad no fue aceptada en la rueda de prensa de ayer. «Pedimos encarecidamente a todas las autoridades que sean responsables y que nos traten como profesionales de riesgo y nos traten como tales », completa Aguilar.
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