Uno de cada 45 yemeníes estará contagiado de cólera para finales de 2017

La epidemia de cólera en Yemen avanza distrito a distrito con más de 300.000 casos sospechosos de esta enfermedad, un número que podría doblarse para finales de 2017 hasta los 600.000 contagiados -uno de cada 45 yemeníes-, según las últimas estimaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC).

Al conflicto, el hambre y la destrucción de infraestructuras médicas y de saneamiento se unirá en las próximas semanas la llegada de la época de lluvias, que aumentará la tasa de contagio y contaminación del agua en el país. A finales de año, sostiene la organización, el cólera afectará a un «alarmante porcentaje de la población». Según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los muertos por el último brote de cólera superan los 1.800 desde finales de abril, mientras que los contagiados suben día a día en al menos 21 de las 23 provincias del país.

«La verdadera tragedia es que esta epidemia de cólera es una catástrofe humanitaria que era prevenible y ha sido provocada por el hombre. Es una consecuencia directa del conflicto que ha devastado las infraestructuras civiles y han puesto de rodillas a todo el sistema de salud» ha declarado el presidente de la ICRC, Peter Maurer, al comienzo de un viaje de cinco días al país.

Menos del 45% de las infraestructuras médicas yemeníes permanecen abiertas, y la mayoría de los hospitales públicos han sido cerrados. El escaso personal médico que continúa trabajando lleva meses sin recibir sus salarios, mientras que la presencia de organizaciones de ayuda humanitaria en el terreno ha sido restringida por ambas partes del conflicto entre los rebeldes hutíes y la coalición militar árabe liderada por Arabia Saudí. El bloqueo afecta además al abastecimiento de medicinas, por lo que la ICRC ha advertido de nuevos brotes de enfermedades como el dengue. «Encuentro este sufrimiento sin sentido absolutamente indignante. El mundo camina sonámbulo hacia mayores tragedias», ha aseverado Maurer.

La destrucción generalizada de los sistemas de saneamiento impide a cerca del 14,5 millones de personas el acceso regular a agua limpia de cólera, enfermedad que se transmite por el agua contaminada y que es curable en el 99% de los casos si es tratada en los primeros estadios. Sin embargo, la alta cantidad de desplazados por el conflicto, la falta de centros médicos y la incapacidad de muchos para pagar el transporte hace que cientos de contagiados no reciban atención médica o lleguen demasiado tarde al hospital.

Más de tres millones de personas han huido de sus hogares desde el inicio del conflicto en septiembre de 2014, y más de veinte millones necesitan asistencia humanitaria en todo el país, según la Cruz Roja.