El Madrid de Benítez, eficacia sin belleza

Tiene las cosas muy claras. Conoce la forma de conquistar títulos y no variará el estilo de sus equipos. Triunfará o morirá con sus ideas en el Real Madrid. Benítez escucha que no juega bonito y no se preocupa. Sabe que al final solo le exigirán éxitos y ese es su objetivo. Fue fichado por Florentino Pérez para conseguir trofeos y esta su única premisa. El conjunto blanco se ha encaramado al liderato de la Liga con excelentes ráfagas de calidad, con mucha disciplina defensiva, aunque Keylor ha sido determinante, y sin fútbol brillante.

El responsable del equipo responde con hechos a las críticas de quienes le piden resultados y belleza en el balompié: «Nos faltan muchas cosas por mejorar, pero el balance es bueno. Estamos invictos (en el campeonato español y en la Champions), imbatidos en Europa (6-0 en la suma de dos partidos), con 18 goles a favor en Liga y dos en contra».

Una estadística que sí es brillante gracias a una eficacia destructiva desde el centro del campo que el Real Madrid no ha disfrutado históricamente.

Es esa seguridad la que ha creado un equipo diferente a la tradición de ciento trece años en la casa blanca. La máxima de Benítez es atacar sin arriesgar. Hay una realidad en la estrategia del preparador: es casi imposible que le marquen cuatro goles, como le sucedió a Carlo Ancelotti en el Calderón el pasado mes de febrero. En su esquema más ofensivo siempre deben quedarse atrás cuatro hombres: los dos centrales, el medio centro (Kroos o Casemiro) y un lateral. Nunca admitirá que suban los dos. Atacará el más cercano a la jugada. Por eso se enfadó frente al Levante cuando vio cómo ascendían a la vez Danilo y Marcelo. Y Keylor apagando fuegos. Que no se repita, avisó en la cocina blanca.

El entrenador admite que para el espectador es más bonito ver un correcalles que suele ganar el conjunto de mayor calidad. Pero los técnicos no buscan ese riesgo, sino la victoria. Y son ellos los que valoran más que nadie esa seriedad defensiva que consigue su colega madrileño frente a la crítica del aficionado o el tertuliano que solo mira el espectáculo. Benítez nunca tentará la suerte de entrar en un intercambio de golpes. Ha visto los partidos del Real Madrid con Mourinho y con Ancelotti y analiza que el equipo perdía puntos por partirse en dos, cinco futbolistas arriba y cinco abajo, y apostar por una ruleta rusa que ciertos rivales tenían bien ensayada. El Sevilla y el Athletic ya ganaron algunas de esas partidas. Con Benítez no existirá el desorden del 5-5. Si se produce durante un minuto, rápidamente introducirá dos cambios y recuperará la disciplina destructiva. Con él, tonterías, ninguna.

El responsable de la plantilla reconoce que le quedan muchas cosas por alcanzar para hacer el Madrid que desea. Juega con un único medio centro, Kroos o Casemiro, y todavía no ha acoplado bien al alemán en su engranaje cuando Modric ejerce de interior ofensivo, más adelantado. Kroos asumió esa misión atacante en ausencia del croata y no ofreció la misma eficacia.

Otra asignatura pendiente es la situación de Bale como media punta. Es un buen proyecto que requiere continuidad. El galés surte buenos balones a los dos flancos de la delantera y entra directo al área.

La colocación de Isco por la derecha y su excesiva retención del balón es otro capítulo por solucionar. Le pide pared rápida o regate vertical, no deambular en horizontal.

Como se observa, la línea de creación no funciona aún como pretende y eso se nota en esa carencia de belleza del fútbol. Se acusan las ausencias de Modric y James, dos talentos en el regate y la construcción, con la aportación extraordinaria del disparo del colombiano.

En la retaguardia tiene dos propósitos por cumplir: quiere que Danilo cierre mejor y que Nacho se muestre más contundente como central.

Benítez presenta el mérito de ser líder y permanecer invicto en las dos competiciones sin haber conseguido plasmar aún el estilo de juego que pretende. Aplica un cambio general importante y no es sencilla la adaptación. Ha variado especialmente las dos líneas creativas, la delantera y el centro del campo. La dimensión de Cristiano como delantero centro móvil culmina la remodelación.

El técnico también advierte que el Real Madrid se encuentra invicto en la Liga y en la Copa de Europa a pesar de las numerosas bajas acumuladas. No es una queja, es la explicación de una situación complicada. El sábado jugaron cuatro canteranos y había otros cuatro en el banquillo. La causa es que Modric, James, Benzema, Ramos, Pepe, Carvajal, Bale y Danilo, ocho titulares, se han ausentado en la mayoría de los diez partidos oficiales. Frente al Levante solo participaron los dos últimos. El preparador reflexiona que se le exige fútbol preciosista cuando le faltan la mayoría de los mejores artistas. Pide paciencia. Él se encarga, mientras tanto, de obtener resultados con los mimbres que tenga.

Esta semana tendrá dos buenos exámenes de primer trimestre, las visitas al PSG y el Celta. El cuadro vigués suma los mismos puntos que el Madrid. Será un enfrentamiento muy duro, posterior al desgaste de la Champions, que puede decir muchas cosas. Brillante o no, si gana, pocos discutirán su fútb