Francisco Dorantes, cuarto por la izquierda, junto a otros artesanos del taller
Francisco Dorantes, cuarto por la izquierda, junto a otros artesanos del taller - A.H.
LEBRIJA

Los guarnicioneros lebrijanos, de los mejores del mundo, tienen a varias casas reales como clientes

El taller Dorantes, que aspira al Premio Nacional de Artesanía, hizo, entre otras, las botas que luce Antonio Banderas en «El Zorro»

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Cuando las señas de identidad de una empresa son la calidad de los materiales utilizados en la elaboración del producto que vende, el gusto por el detalle y el alto nivel de perfección, los reconocimientos a sus producciones y a la propia empresa no tardan en llegar: primero en aumento de clientes y ventas, y luego en forma de premios y galardones.

Este es el caso del Taller de Guarniciones Dorantes que ha resultado finalista para el Premio Nacional de Artesanía 2015, al que optan treinta candidaturas de toda España, que convoca el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. La convocatoria intenta reconocer la innovación, el diseño y la capacidad de adaptación al mercado. Y de estos tres aspectos sabe mucho el gerente y fundador de la guarnicionería lebrijana, Francisco Dorantes.

Fuera de lo comercial

«Nosotros hacemos mucha restauración y trabajos artesanales exclusivos y específicos, nos alejamos de la producción industrial que se hace principalmente en Canadá y Holanda, que junto con Italia son nuestros grandes competidores», señala a ABC Provincia Francisco Dorantes, artesano de Lebrija de 38 años de edad, que se presenta en la zona de exposición del taller acompañado de su sobrino Marcos Muñoz, también lebrijano de 28 años, y que apostilla que «hacemos algo fuera de lo comercial». Los dos coinciden en subrayar que «de nuestros trabajos no hay dos iguales».

Actualmente, Taller de Guarniciones Dorantes, que se localiza en la lebrijana calle Corredera, viene a sacar adelante entre cuatro y cinco guarniciones al año para troncos de dos caballos, estando especializados en guarniciones y arneses para caballos y carruajes, y en restauraciones de todos los elementos.

Los trabajos se realizan con cueros elegidos para cada ocasión y en el mismo taller se funden los herrajes. Siete personas, además del fundador, desarrollan labores totalmente artesanales en los campos de orfebrería, fundición, pintura, diseño y tratamiento de materiales. El diseño sigue los cánones clasicistas habituales en este tipo de guarniciones, basándose en grabados, catálogos y dibujos antiguos y en los criterios de restauración de Bellas Artes, contando con un especialista en esta materia.

En estos días, los artesanos se afanan en restaurar una guarnición del siglo XVIII para un caballo, de estilo francés, muy deteriorada. Se ha llevado a cabo un diagnóstico previo que incluye estudio fotográfico de todos los elementos y análisis de las piezas, y se ha confirmado que está elaborada con valiosos cueros moscovitas. La pieza restaurada está destinada a formar parte de un museo.

La expansión internacional del Taller de Guarniciones Dorantes junto con la fidelidad demostrada por sus clientes españoles son las dos circunstancias que le han servido para superar la crisis económica y financiera.

Los artículos que salen del taller son de alto nivel siendo muy apreciados en Francia, Holanda o Inglaterra, y también en Estados Unidos, mercado en el que comenzaron a ofrecer sus productos y servicios hace tres años y con buenas perspectivas.

Clientes muy especiales

La Casa Real Española, la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez o la Casa Real de Inglaterra se cuentan entre los clientes más selectos de Dorantes.

Francisco Dorantes opina que «el boom de este negocio comienza ahora» y se muestra seguro de las posibilidades: «Afrontamos el futuro con mucha ilusión y con un equipo muy preparado».

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