Segundas partes de series de televisión nunca fueron buenas

Con la recién finalizada secuela de «Vis a vis» en Fox y la anunciada repesca de «Los hombres de Paco» con los mismos personajes en Atresmedia, cabe recordar el desafortunado regreso de otras ficciones míticas

Dominic Purcell y Wentworth Miller interpretaron a los hermanos Scofield durante las cuatro temporales originales de «Prison Break» más una posterior quinta en forma de miniserie ABC

Ó. Rus

A España (casi) siempre llegamos tarde a todo. Y en televisión no es una excepción. Si durante los últimos años, cadenas y plataformas estadounidenses vieron y siguen viendo un filón en la resurrección de clásicos en forma de secuelas más directas ( «Murphy Brown» , «Breaking Bad» ) o menos ( «Twin Peaks» ), reimaginaciones ( «Battlestar Galactica» , «Hawaii Five-0» ) o adaptaciones ( «V» ) para repescar nostálgicos espectadores, aquí parece que estamos todavía en la casilla de salida.

Hay que reconocer, sin embargo, que «siempre» ha habido secuelas: Televisión Española recuperó «Brigada Central» (1989) por una segunda temporada un par de años después de la primera (quizás por tema presupuestario) y «Turno de oficio» (1986) tuvo una secuela con casi todo el reparto original una década después. En las privadas, Antena 3 celebró su veinte aniversario en 2010 con la película «Farmacia de Guardia: La última guardia» quince años después de su desenlace; y precisamente Atresmedia, como estudio, está preparando dos secuelas ( «Los hombres de paco» , «Física o química» ) y una reimaginación (« El internado» ). Pero la jugada no siempre sale bien, como ha ocurrido este año con «Vis a vis: el oasis» ...

Expediente X

A los fans-fans de la original «Expediente X» (1993-2002) hay que concederles el tesón de ver nueve temporadas y alrededor de veinte episodios cada una… Eso sí que es vieja normalidad , tal y como explica la crítica de televisión Maureen Ryan en «Vanity Fair». La serie de alienígenas y conspiraciones, creada por Chris Carter , comenzó como un «procedimental» más de ciencia ficción, con sus casos paranormales por semana (unos más interesantes que otros) para poco a poco profundizar y enredarse en su propia «mitología» con la desaparición de la hermana del agente Mulder ( David Duchovny ). La duración de sus largas temporadas permitió a sus guionistas experimentar en forma y fondo, pero también alargar el que sí que no entre Mulder y su compañera de investigación, Scully ( Gillian Anderson ).

La etapa original vivió su mejor momento entre las temporadas 3-5, pero después tuvo que apañárselas con la ausencia temporal de su protagonista masculino. Tras su decepcionante segunda película en 2008, Fox la volvió a rescatar en 2017-18 por dos minitemporadas que volvían a combinar tramas de mayor recorrido con otras episódicas; de ambas, la crítica alabó la intacta química entre sus dos intérpretes y algunas entregas independientes, pero arremetió contra la manera en que sus guionistas manejaban el eterno misterio central, despachado durante el inicio y final de ambas tandas. Aún así, se consideró que la undécima mejoraba a la décima.

Prison Break

La creación de Paul Scheuring para Fox nunca quiso ser «Oz», un duro y certero retrato de la cárcel, sino más bien una divertidísima y palomitera locura con constantes e imposibles giros de guión ambientada en una prisión; Michael Scofield ( Wentworth Miller ) era su héroe protagonista, encarcelado adrede para rescatar a su hermano, Lincoln ( Dominic Purcell ), y fugarse de allí gracias al mapa tatuado en su propio cuerpo. La premisa no podía ser más inverosímil y en el camino de su primera y mejor temporada (2005-06) tuvo tiempo para un amor imposible entre Michael y la doctora Sara Tancredi ( Sarah Wayne Callies ) y encontró al emblemático villano T-Bag ( Robert Knepper ), que hasta tuvo un cameo en otra serie, «Breakout Kings» (2011).

La segunda temporada, abonada al juego del gato y el ratón con el FBI tras la fuga, mantuvo el tipo; pero la tercera, de regreso a la cárcel, empezó a repetirse. La conspiración a gran escala ya rozó el culebrón en la cuarta e inicialmente última temporada (la madre de los hermanos Scofield no estaba muerta, pero la acabó asesinando su nuera...) y se mató y resucitó a uno de sus personajes principales. Ello no impidió que ocho años después, en 2017, su cadena original estrenase una reducida quinta temporada que resucitaba a su protagonista, dado por muerto al final de la cuarta. Scofield seguía vivo, estaba en una nueva cárcel por culpa de una intriga política a lo «Homeland» y tenía un renovado tatuaje para fugarse.

Héroes

A «Héroes», estrenada en 2006, le pasó más o menos lo mismo que a «Prison Break»: una primera temporada notable para después estar dando bandazos y alguna falsa promesa de mejora durante tres temporadas más. La creación de Tim Kring para NBC se adelantó a la inminente fiebre por los superhéroes en cine y televisión, con Marvel y DC desarrollando multitud de proyectos en cadenas y plataformas. De aquel debut se alabó precisamente la novedosa narrativa, a través de historias cruzadas, de un clásico del género: anónimos descubren que tienen superpoderes y tienen que evitar un catastrófico futuro. Sin embargo, su anticlimático final del primer volumen dio paso a un irregular segundo, a medias por culpa de la huelga de guionistas. Pero las terribles críticas hacia su cuarta y última temporada no impidieron que en 2015 su cadena la rescatase como una miniserie de 13 episodios con nuevos personajes. Kring, de nuevo a bordo, comentó que la intención era recuperar el espíritu del primer año pero no lo logró.

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