Series que no deberías ver ni siquiera en cuarentena: lo «peor» de las plataformas (II)

Desde HBO a Antena 3, todos los canales de televisión y plataformas de vídeo bajo demanda tienen algún que otro traspié creativo

Jesús Mosquera, Anna Paquin, Rufus Sewell e Ian McKellen en «Toy Boy», «True Blood», «El hombre en el castillo» y «El prisionero» Atresmedia/HBO/Amazon/AMC
Óscar Rus

Óscar Rus

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Nunca se habían recomendado tantas series de televisión en las páginas de los periódicos que durante este último mes debido al confinamiento de los españoles por el coronavirus. Nunca había habido tantas listas de excelentes títulos que (re)descubrir en el archivo de Radio Televisión Española (¡ «Anillos de oro» !) o en el fondo de los interminables catálogos de las plataformas (¡ «Halt and Catch Fire » en Filmin, «Lodge 49» en Amazon!). Lo cierto es que la omisión de crítica o recomendación es también un aviso de que algo no pinta bien, pero en ABC Play pensamos que también sería útil avisar sobre títulos poco recomendables. De gustos y colores hay infinidad escrito, por lo que esta selección es completamente subjetiva y personal; bienvenida sea la discrepancia.

El Prisionero

La primera miniserie y coproducción del canal de televisión estadounidense AMC («Mad Men», «Breaking Bad») fue la reimaginación del clásico británico «El Prisionero» en 2009. Sin el título original, estrenado hace más de cincuenta años , no pueden entenderse del todo fenómenos posteriores como «Twin Peaks» , que ha cumplido 30 años esta misma semana, y «Perdidos» , cuyo final está a punto de cumplir una década.

Sin embargo, este desangelado «remake», protagonizado por Ian McKellen , Jim Caviezel y Ruth Wilson , perdió todo el encanto de la original al optar por desenredar la trama y ser más directa en lo que está pasando realmente en el misterioso pueblo donde se despierta el protagonista. La miniserie consta de seis episodios y forma parte del estupendo catálogo de Filmin.

True Blood

Antes de estrenar «Juego de Tronos» , HBO ya había probado con éxito el género de la fantasía con «True Blood» (2008-2014), adaptación de la saga literaria de Charlaine Harris a cargo del guionista Alan Ball , responsable de la película «American Beauty» y la serie «A dos metros bajo tierra» ; dos títulos, entre el drama y la comedia, que sirvieron como radiografía de la sociedad estadounidense de finales de siglo XX y principios del XXI.

Es por ello que «True Blood», a pesar del recuerdo a «Crepúsculo» , fue en sus inicios una nueva radiografía del Sur de Estados Unidos con los vampiros como marginados tras haber salido de su particular armario. La faceta más «mamarracha» siempre estuvo ahí, pero hacía gracia. Sin embargo, con el paso de las temporadas, las alocadas tramas (¿Lilith? ¿El humo negro?) y los insoportables personajes (¿Tara?) dejaron de tener sentido. Probablemente la serie tocase fondo en la quinta temporada, la última de Ball, que acabó abandonando el barco. Tiene siete temporadas y 81 episodios.

Toy Boy

Uno puede llegar a entender que Antena 3 quisiese una serie tan comercial como «Toy Boy» , producida por la siempre eficaz Plano a Plano («El Príncipe», «Allí Abajo») y protagonizada por la jovencísima actriz María Pedraza , famosa por «Élite» y «La casa de papel» , dos fenómenos internacionales de Netflix. Pero más allá del contenido picante a cargo de los jóvenes estríperes, este thriller es una amalgama sin sentido de muchas series con, eso sí, intérpretes que salvan la función: Cristina Castaño , el omnipresente Pedro Casablanc , María Pujalte y Adelfa Calvo . Tiene una única temporada de trece episodios (atención al explosivo final) disponible en Netflix y Atresplayer.

El hombre en el castillo

Más que mala, «El hombre en el castillo» es frustrante por lo que podría haber sido pero no fue . Adaptación extendida de la novela homónima de Philip K. Dick , el drama «premium» de Amazon juega con un pasado en el que la Alemania de Hitler y Japón ganaron la Segunda Guerra Mundial y se repartieron Estados Unidos. Si bien la serie pega un subidón cada vez que sale su principal «villano», el nazi John Smith (estupendo Rufus Sewell ), y su familia; el triángulo amoroso de sus tres protagonistas jóvenes es un verdadero lastre.

Y a pesar del jugoso elemento de ciencia ficción, sus responsables parecen más interesados en las maquinaciones políticas de cada bando. Sí, la producción es excelente y hay violencia a borbotones, pero el guion es su parte más débil con tramas y personajes secundarios que, en vez de dar mayor empaque a esta realidad alternativa, restan. La revelación final de la tercera parte es un ejemplo del poco partido que sus guionistas sacaron al material fantástico. Es precisamente en esa temporada cuando se produce un sonrojante asesinato que coquetea con el puro culebrón. Tiene cuatro temporadas de diez episodios cada una.

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