Las claves del adiós de ‘Succession’, el último fenómeno adulto de la tele

En su cuarta y última temporada, ‘Succession’ buscará consolidar su legado dentro y fuera de la pantalla. Ya juega en la liga de ‘Los Soprano’, ‘Mad Men’ o ‘The Wire’, y aunque será más corta que todas ellas, su legado perdurará en la memoria cultural como uno de los hitos televisivos de los últimos años. «Creo que el éxito de la serie radica en que se enfoca, sobre todo, en una cosa: la familia. No está tratando de decir o hacer demasiado, se concentra en esta familia y cuáles son las relaciones entre ellos», apunta Sarah Snook, la actriz que da vida a la hija de Logan Ray, Siobhan Roy. «Creo que los guionistas han mantenido su foco en los Roy combinando drama y humor, porque todos ellos provienen de la comedia. Personalmente, creo que el legado de ‘Succession’ tiene que ver con la familia, al igual que ‘ Los Soprano’ trataba de una familia y en ‘The Wire’ hay un elemento comunitario y familiar», sentencia la intérprete.

Su personaje seguirá en esta última temporada dando la batalla para heredar el trono de su padre, Logan Roy (Brian Cox), al frente de la empresa Waystar RoyCo. Sus rivales, que algunas veces son socios y otras enemigos acérrimos, son sus hermanos Connor (Alan Ruck), Kendall (Jeremy Strong) y Roman (Kieran Culkin). A veces es enemigo hasta el marido de Siobhan. O su primo, que parece más ingenuo de lo que es.

«Al público le interesa ver el mal comportamiento de las personas, que es algo muy humano y se remonta a la mitología griega clásica. Necesitamos saber que las personas en el poder también cometen errores;que las élites también son seres humanos. Y ver que no son buenas personas es realmente satisfactorio», responde la actriz, que con ‘Succession’ ha alcanzado las mayores cuotas de popularidad de su carrera.

El final de ‘Succession’ está confirmado por su máximo responsable, Jesse Armstrong, que asegura que en los últimos capítulos afrontará las consecuencias de una trama cada vez más enrevesada, con traiciones, alianzas imprevistas, conflictos de intereses y luchas de poder, todo ello con la empresa Waystar RoyCo como telón de fondo. Aunque Armstrong y su equipo de guionistas tienen material para sostener la emoción de la serie a perpetuidad, saben que un final siempre redondea las cosas. No quieren que les pase como a ‘Breaking Bad’, que de tanto dar vueltas a la trama para estirarla acabó por desconectarse del público. Por eso ‘Succession’ se consolidará como una de las grandes series ‘adultas’ de la historia de la televisión, por tener una historia de gran atractivo para el público, llena de matices, y que se va a quedar condensada dentro de un tarro de cuatro temporadas. «Tengo sentimientos contradictorios ante el final de la serie», explica Kieran Culkin, el más insolente de los hermanos. «Como fan, querría ver más. He esperado mucho tiempo para que llegara la temporada 4 y me sabe a poco. Y creativamente creo que hay más historias que contar, pero si Jesse siente que es el final, entonces sé que está tomando la decisión correcta. Después de filmar toda la cuarta temporada, creo que es un muy buen final», sentencia.

La última temporada llega tras un final de la tercera muy potente, con un intento de golpe de estado entre los hermanos que fue desmontado por el padre. El contraataque de Logan que veremos tendrá implicaciones de gran alcance para todos. «Están casados con la avaricia. Logan lo sabe porque son su creación», revela Brian Cox, que da vida al padre, sin desvelar más detalles sobre el final. Una despedida que situará a ‘Succession’ a la altura de las más grandes no solo por su calidad, sino por su voluntad de utilizar el medio para un fin.