Festval de San Sebastián

Un juez a lo Charles Laughton, y Colin Firth con Stanley Tucci

El documental del español Antonio Méndez Esparza «Sala de Juzgado 3H», un extraño e interesante competidor por la Concha de Oro

El cineasta español Antonio Méndez Esparza, fotografiado en San Sebastián EFE
Oti Rodríguez Marchante

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La representación del cine español en la Sección Oficial a competición por la Concha de Oro no es caudalosa, como otros años, y se ha ceñido a dos títulos, «Akelarre», dirigido por el argentino Pablo Agüero, y el que se acaba de programar, «Sala del Juzgado 3H», de Antonio Méndez Esparza , madrileño que cinematográficamente opera en los Estados Unidos. Es un documental a cámara plantada en el Tribunal de Familia Unificado en Florida , en el que un salomónico juez va resolviendo casos de padres que están acusados de abuso, abandono o negligencia de sus hijos y se encuentran en el trance de perder la patria potestad frente a las familias de acogida.

La cámara de Esparza asiste como testigo a muchos de estos casos y observa y transmite los dramas y conflictos, circunstancias y hechos, sin apenas pestañeo, como el espectador. Los hay de todo tipo y condición, aunque generalmente unidos por la adversidad, la pobreza y los estragos de la droga. El montaje es ágil y, a pesar de que el muestrario es reiterativo, las historias que forman el argumento tienen la pegada emocional de lo auténtico.

Momentos duros y sentimentales, como algún traspaso de bebé de manos de su madre natural a su madre de acogida, o viceversa… Las interpretaciones, en realidad, no son tales, aunque algunos de los «personajes» reales, y especialmente el juez, que es un paladín de las buenas maneras y las buenas palabras, bien se merece un lugar entre los que optan al premio de interpretación, aunque dárselo sería un escándalo para la judicatura. Una interpretación de juez que no la mejora Charles Laughton.

Interpretación

Pero, la interpretación, tal y como la concebimos en las ficciones del cine, la trajeron al Festival dos actores como Colin Firth y Stanley Tucci , protagonistas de la otra película que compite por la Concha de Oro, «Supernova», de Harry Macqueen . Interpretan a una pareja de largo recorrido, uno músico y otro escritor, que hacen un crepuscular viaje con aromas de despedida porque a uno de ellos, Stanley Tucci, le diagnosticaron alzheimer hace tiempo y empieza ya a descender rápidamente los peldaños hacia la lejanía.

El director no se plantea tocar otras teclas que las de la melodía y conduce a sus personajes por territorios cálidos de amor y comprensión, los reúne con familiares y amigos, les permite transmitir nobleza, sentimientos y sabiduría, y colocar sentido del humor y alguna que otra frase que pide mármol… Lo espinoso de la trama se ve venir, pero apenas molesta porque son dos actores tan notables que en todo momento se sabe que están interpretando…, lo que no se sabe del todo es si eso es bueno o malo. «Supernova» es una película que rezuma sensibilidad y estilo, que toca incluso con descaro fibras emotivas, aunque uno tiene la impresión de que esa misma historia contada así, pero en vez de con una relación entre hombres que se quieren fuera entre un hombre y una mujer, probablemente se vería como algo blandito y cursilón.

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