Cádiz 2012 ELEMENTOS PARA UN DEBATE

Una ocasión única

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Son aún casi seis los años que restan para conmemorar la efemérides, pero la importancia y envergadura del acontecimiento es de tal calibre, que bien hacemos las administraciones, los diferentes poderes y sectores de la ciudad en preparar con suficiente antelación la celebración del Bicentenario de la primera Constitución española. Pocas ocasiones ha tenido la provincia de ser protagonista principal, que no secundario, de un evento social, cultural y político como el que ahora se nos presenta. El es momento del lanzamiento definitivo. Es el momento de Cádiz.

El Oratorio San Felipe Neri fue el escenario en el que los diputados doceañistas promulgaron, el 19 de marzo de 1812, la Constitución política del reino monárquico, el primer texto constitucional en España con un origen claramente liberal. Desde aquel momento, nuestra ciudad se convierte en la cuna de una serie de libertades democráticas de las que hoy en día sería absolutamente imposible prescindir, ni siquiera, imaginándolo.

Hoy se nos presenta la oportunidad de proyectar de manera definitiva, y con un argumento de peso lo suficientemente importante como para que el éxito esté garantizado, la provincia de Cádiz. Que la ciudad sea durante el periodo de conmemoración de la efemérides el escaparate internacional que por cultura, historia y tradición merece ser. El Bicentenario es una oportunidad inmejorable para todos los sectores y colectivos sociales de situarnos como referentes mucho más allá de nuestras fronteras.

Desde la entidad que presido, se entiende la ocasión como única. Única para que el concepto constitucional quede definitivamente asociado a este rincón. Por ello, la ciudad debe recibir, de todas las administraciones, las suficientes inversiones para afrontar este reto. Y será imprescindible la coordinación entre las comisiones que se están formado para la ocasión. Por una parte, la Nacional, cuya próxima constitución oficial debe suponer el impulso definitivo al desarrollo de los proyectos que se pretenden ejecutar y que se configura bajo la presidencia de Sus Majestades Los Reyes e integrada, entre otros, por la presidencia del Congreso, del Senado, diferentes ministerios y Tribunal Supremo y Constitucional. Y por otro, la local, de la que forma parte la Cámara Oficial de Comercio, con la presidencia del Ayuntamiento, la colaboración de la Junta y la participación directa de todos los colectivos sociales, culturales y económicos. Esa mencionada coordinación entre comisiones debe implantar y establecer los criterios básicos sobre los que actuar y proyectar la imagen de la ciudad, a la vez que diseñar y ejecutar los proyectos planteados, tales como el desarrollo, a todos los niveles, de la ciudad; o el convertirnos en punto de encuentro cultural y ser el punto neurálgico en materia internacional del constitucionalismo. A esto último, sin duda, ayudará la confirmación de convertirnos en sede de la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en 2012, haciendo que Cádiz sea la tercera ciudad española en acoger tal evento, tras Madrid y Salamanca.

Por tanto, es hora de la cohesión social y territorial, de llevar a cabo, con el esfuerzo de todos, los grandes proyectos en materia de infraestructuras que posibiliten el desarrollo de la ciudad, como será la construcción del segundo puente previsto para 2010. Es hora también de crecer en el sector industrial, en la oferta de suelo, en la creación de empleo, en la generación de riqueza, de ofrecer la calidad de nuestro servicios y comercios y de promocionarnos como lugar único e inmejorable como destino turístico. La recién creada marca turística de la ciudad debe ayudar a conseguirlo, ya que, como muy bien se ha reflejado en el proyecto, el valor diferencial de Cádiz, aquello por lo que destaca sobremanera y en lo que nadie nos puede competir, es su propia gente. Utilicemos ese eslogan de Cádiz como la ciudad que sonríe para ofrecer al mundo entero la multiplicidad de oportunidades que tenemos por ofrecer, que aquí se pueden encontrar.

En definitiva, unamos esfuerzos por aprovechar al máximo nuestros recursos, para dar a conocer nuestra riqueza histórica y cultural, que se compruebe que estamos preparados y que somos capaces de asumir y celebrar la ocasión como un acontecimiento de este tipo lo merece. Por responsabilidad política y social, no desaprovechemos esta oportunidad que se nos presenta. Cádiz está ante su gran reto. Todos, sin excepción, debemos montarnos en este tren. Sin duda, el esfuerzo valdrá la pena.