POLIFACÉTICO. Carlos Sobera es especialista en concursos. / E. C.
CARLOS SOBERA PRESENTADOR

«Soy un concursante de la vida»

El actor y profesor bilbaíno compagina su presencia en dos programas concurso, convertidos en su gran especialidad profesional

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Carlos Sobera ha estado menos tiempo del que esperaba alejado del concurso que le ha proporcionado prestigio profesional, ¿Quiere ser millonario?. El pasado lunes, en sustitución de Pasapalabra, el conocido espacio regresó precipitadamente a la parrilla diaria de Antena 3, donde este profesor, comunicador y actor vasco también ejerce de maestro de ceremonias de la nueva apuesta dominical de la privada, El invento del siglo.

Impaciente, caótico y de resultados inmediatos, según su propia definición, Sobera ha perdido la cuenta de las veces que ha dado la cara en este programa, que llegó a España en abril de 1999 vía Telecinco. «He perdido la cuenta porque son muchas las emisiones que llevo, pero tengo la misma ilusión y el mismo miedo que la primera vez. El gusanillo está ahí, nunca se pierde», asegura.

-¿Quiere ser millonario? salió de la programación hace casi cuatro años como líder en su franja de emisión.

-Ahora tenemos la misión de recuperar el terreno perdido. Este concurso funciona muy bien, pero te vas, ese vacío se llena con otros programas y hay que reconquistar el espacio. Y está complicado lo de enganchar con el público, pero eso me motiva. En términos militares diría que conquistamos la colina, la abandonamos al enemigo y ahora el mando nos manda recuperarla. El asalto va a ser complicado, pero creo que es cuestión de tiempo. No es la mejor época, íbamos a volver en septiembre, pero se nos necesita ahora, y aquí estamos. Pienso que en tres o cuatro semanas nos posicionaremos.

«Explorar y aprender»

-¿Qué le aporta a usted este programa?

-Cuando trabajas en el entretenimiento buscas formatos en los que divertirte en el sentido de jugar, explorar y aprender. Y con 'el millonario' me lo paso muy bien, siempre hay algo nuevo.

-Y si, además, el concursante le sale saleroso...

-La selección cada vez es mayor. No se busca sólo personas con cultura, también que tengan una predisposición televisiva, algo que antes no era importante. Los participantes tienen que ser buenos contestando preguntas, pero también tienen que ser comunicativos, simpáticos, capaces de dar lo mejor de si mismos, con sentido del humor, dicharacheros... Lo que es un buen concursante.

-Y, por lo que parece, cada vez los hay mejores.

-Cierto. Los participantes están más preparados a nivel cultural, algo que es imprescindible para no hacer el tonto, y también se prestan más al juego, al espectáculo.

-¿Concursaría en ¿Quién quiere ser millonario?

-Creo que no. De participar en alguno, sería en éste porque me da confianza o en el Pasapalabra, pero no, no tengo alma de concursante. Los que vienen aquí son personas dispuestas a retarse a si mismas en juegos. Yo soy un concursante...de la vida.

-En verano se ve menos televisión.

-Sí y nos afecta a todos por igual. Hemos tenido una entrada un poco apresurada, ha sido deprisa y corriendo y el público no está ubicado todavía, no se ha dado cuenta estamos aquí.

-De hecho, usted tenía la agenda llena.

-Había hecho dos ediciones de El show de los récords (queda una tercera por emitir), tenía El invento del siglo y también el especial de El gran test.

-Sus rivales, España en directo y el también concurso Allá tú, han aprovechado su desaparición temporal.

-Sobre todo Allá tú, que es el que ha salido más beneficiado. Jesús Vázquez nos tiene que dar lo que nos ha quitado. Es que, aunque sea un formato tan asentado, sales de la parrilla y necesitas un tiempo para encajar.

-Con los tiempos que corren, estar siete años en antena es todo un récord.

-Es que el formato lo tiene todo para explotar. No es un concurso normal porque en el 99 y 2000 fue una revolución televisiva en su género. En todos los países en los que se emite lleva bastante tiempo porque es muy directo, va al grano, sin complicaciones ni dobleces. Además, hay tensión y emoción de manera verídica y el espectador puede jugar desde casa. Es muy participativo.