ESPAÑA

Detenidos en Gerona tres educadores que encerraban en jaulas a niños problemáticos

Las familia de los menores, que eran agredidos con barras de hierro, pagaban 4.000 euros por mes y medio de estancia en el internado

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Eran encerrados en jaulas, les golpeaban con una barra de hierro y se les privaba de la comida. Así vivían los menores que se encontraban alojados en un internado rural de Sant Llorenç de la Muga (Gerona) y que ha sido desmantelado por los Mossos d'Esquadra, que han detenido a los tres cuidadores del centro. Según informó en rueda de prensa el inspector de los Mossos d´Esquadra Antoni Verger, el internado, que se ubicaba en una masía, acogía a menores suizos que sufrían problemas de conducta.

El portavoz de la Policía catalana informó de que las familias de los menores, de nacionalidad suiza, llegaban a pagar 4.000 euros por una estancia de un mes y medio en la masía. Los detenidos, que no tenían antecedentes penales, son el francés Raymond N. de 60 años de edad; Lorena Elisabet B., de 30, de nacionalidad italo-suiza, y el ciudadano suizo Armin Markus S., de 44. Armin Markus S. y Lorena Elisabet B. eran pareja, y estaban empadronados en el pueblo, y Raymond N. se unió «hace un par de años» al proyecto, según los Mossos. Tras tomar declaración a los tres detenidos, el juez de instrucción en funciones de guardia de Figueres decretó su puesta en libertad con cargos.

La investigación policial se inició cuando agentes de los Mossos d´Esquadra de Figueres localizaron a un menor que se encontraba deambulando solo en la estación del municipio. El niño explicó que se había escapado de un centro de menores porque los educadores que le atendían, le maltrataban física y psicológicamente.

Tras interrogar al menor, los mossos se dirigieron al centro y descubrieron la existencia de otros cinco jóvenes que sufrían continuos abusos. Según los Mossos d´Esquadra de Girona, los tres detenidos ejercían «todo tipo de actos violentos» contra los menores, como, por ejemplo, pegarles con una barra de hierro, insultarles, presionarles, no darles de comer o encerrarles en jaulas de jabalíes cuando las víctimas se negaban a cumplir con los trabajos forzados.

El centro funcionaba sin ningún permiso y sin que el Ayuntamiento de Sant Llorenç de la Muga tuviera conocimiento de las actividades ilegales que se llevaban a cabo en el establecimiento. El alcalde de este municipio, Manel Jesús Sánchez, aseguró que «nunca había sospechado nada de las actividades que allí se llevaban a cabo».