CÁDIZ

Un siglo de viajes y vivencias

La Compañía Tranvía de Cádiz a San Fernando y Carraca cumple cien años de su primer viaje en este medio de transporte de la capital a La Isla, sin ningún acto conmemorativo

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Corría el año 1906. No era un día cualquiera. Era el 14 de marzo y un hecho trascendental estaba por venir. El primer tranvía empezaba su andadura por tierras gaditanas. Así, a las tres de la tarde desde La Alameda salía el nuevo medio de transporte. Su primera escala o parada se realizaba en San Juan de Dios. El público se agolpaba en las calles. Todos querían ser testigos del acontecimiento.

En la plaza, los gaditanos que llegaban hasta la muralla, vieron como el alcalde José del Toro subía como un pasajero más para más tarde, ocho minutos, pasar por el barrio de San José. El Castillo de Cortadura quedó atrás a las cuatro menos cuarto y en cinco minutos llegó el coche al Chato. Cinco después a Torregorda y a las cuatro atravesó el río para llegar al término municipal de San Fernando donde se agolpaba un enorme gentío en el que se encontraba el propietario de la compañía, el señor Gómez Rodríguez, quien saludó a los viajeros llegados de Cádiz.

Así se inauguraba la primera línea; este año se cumple un siglo de tranvías, trolebuses y autobuses, siglo en el que la Compañía Tranvía de Cádiz a San Fernando y Carraca ha dado servicio de transporte público urbano hasta Cádiz, uniéndola con La Isla.

Sin embargo, esta celebración se viste de luto, ya que según señalan desde la empresa, que tiene una contrata con el Ayuntamiento, están a disposición de que «algún ente público, ya sea el Consistorio o la Diputación si lo estiman oportuno celebren esta efeméride», que explica un pedazo más de la historia de Cádiz.

Buena acogida

La entrada en funcionamiento del tranvía fue muy bien acogida. En su primer viaje, se cobró los primeros accidentados entre la multitud de curiosos, que acudió a ver el itinerario inicial. El primer herido fue el inspector del convoy Miguel Vázquez al evitar que unos jóvenes en el foso de Puerta Tierra subieran a uno de los enganches. El inspector no advirtió la estrechez del paso y chocó contra una pared.

Sin embargo, la primera desgracia mortal fue el 8 de abril cuando se subió al estribo posterior del motor el fogonero del Extremadura, Antonio Jiménez Castro. No vio un poste de la central eléctrica y chocó con él. Cayó y las ruedas delanteras le pasaron por el cuerpo causándole la muerte.

Poco se sabe de aquella época, pues los documentos fueron extraviados en la Guerra Civil, de ahí que resulte difícil saber algo más de la historia del tranvía.

Una cosa es cierta, en un principio, las cocheras y la producción eléctrica, que eran de la propia compañía, estaban en San Fernando, pero a finales de los cincuenta se trasladó a Cádiz.

En 1948 se produjo una reorganización del Servicio de Tranvías debido al interés y tesón del gobernador Rodríguez de Valcárcel. Una apuesta que puso en pie un nuevo tranviario junto a la construcción de cocheras y la renovación de los carriles desgastados con el tiempo. A su vez, se invirtió también en la mejora de la red aérea y se pusieron en funcionamiento nuevos coches.

Malos tiempos

Así, en los años cuarenta, los propietarios de los tranvías, la familia Escoriaza, enviaron desde Zaragoza a Antonio Montero, que se hacía por aquellas fechas cargo del negocio, nuevos tranvías en a Cádiz.

La cosa pinta calva. Son malos tiempos para el tranvía. Debido al crecimiento de la ciudad, a la rigidez de los tranvías y a la elevada inversión de las infraestructuras, fueron sustituidos en los cincuenta por los trolebuses. Vehículos de dos pisos que al principio compatibilizaron con los viejos tranvías.

Por tanto, en 1951, dos modernos trolebuses de dos pisos formaron la primera flota encargada por la Compañía Tranvía de Cádiz a San Fernando y Carraca. El servicio fue inaugurado un viernes 3 con la asistencia del gobernador civil interino, García Murga; el alcalde Cádiz, José León de Carranza, y el presidente del Consejo de Administración de la Compañía, Ángel de Escoriaza.

La inauguración se hizo frente al hotel Playa, donde se instaló un altar donde el obispo de la diócesis, Tomás Gutiérrez Díez, procedió a bendecir los nuevos vehículos. Acto seguido, tuvo lugar el viaje inaugural hasta la plaza de San Juan de Dios.

Con el tiempo las nuevas apuestas tecnológicas en los medios de transporte aparcaron al tranvía. En 1963, los viejos tranvías fueron sustituidos por unos modernos autobuses, que eran más flexibles y económicos. Asimismo, los trolebuses desaparecieron una década después.

Los modernos autobuses

El cambio vino justificado por parte del Ayuntamiento por la necesidad de vehículos más rápidos. Un hecho que llevó a los tranvías a pasar a mejor vida. La medida de poner nuevos equipamientos frente a los tranvías se debió en buena parte a que un tranvía tardaba tres horas en hacer el mismo servicio que un autobús.

A su vez, esta apuesta consiguió eliminar el tránsito de los tranvías por la calle Plocia, que a lo largo de los años provocó numerosos accidentes, y amplió los aparcamientos en la avenida de entrada de Cádiz y permitió colocar en su centro unos setos que embellecieron la zona.

Por último, el Ayuntamiento acordó la ampliación de las líneas hasta Cortadura para no terminar en la plaza del hotel Playa y, además, el Ayuntamiento de Cádiz emprendió la creación de una línea de autobuses uniendo el Mentidero con Puntales, que por aquellos años era dos de los barrios más populosos.

Billetes de ida y vuelta

Esta línea de trayecto, que era una de las más utilizadas por las clases modestas de la época, vio rebajado su precio con respecto a la del Balneario en sesenta céntimos, cuando hoy por hoy se pagan 88 céntimos de euros. Asimismo, se estableció una gran novedad al introducir como en Europa los billetes de ida y vuelta.

La primera ruta que se estableció fue la que hoy conocemos como línea 1. Por entonces, se llamaba El Carmen-Balneario, conectando la parroquia carmelita con el hotel Playa. Más adelante se añadieron nueva líneas para dar una mayor cobertura a la zona de San Severiano. Desde entonces, los recorridos se han adaptado a los cambios urbanísticos de la ciudad hasta la última creación de la línea que une la Diputación de Cádiz con El Corte Inglés.

En la actualidad, la empresa de transporte afronta el reto de la renovación de su flota de autobuses, que se completará en los años sucesivos. Al frente de este negocio, con un rodaje de cien años, está Juan José Manzano, cuya familia siempre ha estado vinculada al negocio del transporte. Hoy da dos servicios urbanos -San Fernando y Cádiz- y otro interurbano, entre las dos localidades.