Rechazo a la recusación del togado

Batasuna presentía que el juez Fernando Grande-Marlaska iba a prohibir su congreso nacional. Por eso, la abogada Jone Goirizelaia, defensora de los dirigentes de la coalición radical procesados en el sumario que investiga su presunta vinculación con ETA, llegó a la Audiencia Nacional armada con una recusación, que acompañó de una querella por prevaricación presentada contra el magistrado ante el Tribunal Supremo. La maniobra, cuya clara intención era ganar tiempo y frenar la actuación judicial, fracasó.

Goirizelaia llegó al despacho del juez, donde ya la esperaban también el fiscal Juan Moral y los letrados de las asociaciones de víctimas del terrorismo, sobre las 10.45 horas. De inmediato, entregó al magistrado un escrito con el que le recusó «por parcialidad manifiesta», y le comunicó que acababa de presentar en el Supremo una querella criminal contra él por un delito de prevaricación.

La querella avisaba al alto tribunal de que Grande-Marlaska se disponía a adoptar en la mañana de este martes, «de forma premeditada», una decisión ilegal a sabiendas, como era renovar la suspensión cautelar de actividades políticas de Batasuna cuando esa medida, en su opinión, no es posible, por estar el partido político disuelto desde 2003, como consecuencia de una sentencia.