ESPAÑA

CiU tensa la cuerda y amenaza con rechazar el 'Estatut' si el PSOE no es más flexible

Los socialistas replican que devolver el proyecto al 'Parlament' «no sería un drama» Carod advierte de que para ERC es «inaceptable» trasladar 'nación' al preámbulo

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La mejor prueba de que la negociación de la reforma del Estatuto de Cataluña está en el tramo final es que todos los negociadores han tensado la cuerda en las últimas horas para hacer valer sus pretensiones. CiU fue más lejos que el resto y su líder, Artur Mas, amenazó con decir «no» al proyecto que se tramita en el Congreso si el PSOE mantiene «su posición actual».

Los socialistas replicaron por boca de su portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien indicó que «si no hay acuerdo» sobre la reforma «habrá que explicarlo, pero no sería un drama». ERC, por su parte, advirtió de que es «inaceptable» que el término nación se sitúe en el preámbulo y no en el articulado del nuevo Estatuto catalán

Son los momentos de la verdad, en los que se va a decidir la suerte y el rumbo del Estatuto de Cataluña y todos quieren arrimar el ascua a su sardina. El documento que remitió el Gobierno el domingo por la tarde a los socios del tripartito y a CiU con 128 artículos sobre los que existiría acuerdo tuvo una tibia recepción, y hasta el PSC anunció hasta 21 «observaciones» al texto. ERC dijo que no es más que un «resumen de las últimas negociaciones y una puesta al día del documento inicial».

«No aporta nada»

La federación nacionalista no dio mayor importancia al documento porque, según su secretario general, Josep Antoni Durán Lleida, «no aporta nada nuevo»; y el líder de Iniciativa, Joan Saura, manifestó que «no es ningún paso adelante».

Para calentar el ambiente, Artur Mas, apeló a la terminología maximalista y anunció que si «la última posición» del Ejecutivo y del PSOE es la recogida en la propuesta del domingo la posición de su formación «va a ser que no». El líder de CiU sostuvo que la definición nacional de Cataluña, que la propuesta gubernamental ignora, debe figurar en el articulado «para llamar a las cosas por su nombre». Sostuvo además que incluir ese término en el preámbulo o en el articulado no tendría «consecuencias jurídicas» porque el texto dice que Cataluña «se constituye en comunidad autónoma de acuerdo a la Constitución».

La federación nacionalista encontró en este terreno un aliado, ERC. Su presidente, Josep Lluis Carod Rovira, manifestó que sería «inaceptable» que el término nación no esté en el articulado porque sería «rebajar totalmente» el texto aprobado por la Cámara autonómica. Nación, dijo, es «nuestra tarjeta de identidad colectiva, es lo que somos, y lo que somos lo decidimos nosotros».

Mas aseguró que CiU no tiene la menor intención de frustrar la aprobación del proyecto porque si hubiera querido hacerlo podría haberlo hecho en el Parlamento autonómico, donde es la primera fuerza política, y no en el Congreso, donde sus votos «aritméticamente» no pueden impedirlo.

Marear la perdiz

Durán Lleida, a su vez, instó a los socialistas a que dejen de «marear la perdiz» y encaren la negociación en serio para que se pueda comprobar si el acuerdo es posible o no.

En el PSOE, y también en el tripartito, se tiene la impresión de que CiU quiere jugar el mismo papel de salvador de última hora que desempeñó en el Parlamento de Cataluña, cuando sólo en las últimas horas del 30 de septiembre se empleó a fondo en la negociación para posibilitar el acuerdo.

Rubalcaba trató de no darse por aludido por el ultimátum de Artur Mas y quiso relativizar el asunto. «Deseamos el acuerdo, pero si no lo hay no será ningún drama», comentó el jefe de los negociadores socialistas, que señaló que lo relevante no es «quién gana o quién pierde» sino que haya «un acuerdo razonable para todos». Rubalcaba explicó que, a su juicio, por razonable se entiende que sea un texto que se ajusta a la Constitución y, al mismo tiempo, recoge los aspectos esenciales del proyecto aprobado por el Parlamento de Cataluña.