La Voz de Cádiz

Una vuelta diferente

El motín de los interinos o el ilustrativo escándalo en Puerto Real marcan un particular regreso a las aulas

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Miles de familias gaditanas vivirán mañana uno de esos momentos cíclicos, repetidos pero que siempre resulta diferente. Aunque siempre nos resulte un ritual parecido, en las mismas fechas y con los mismos protagonistas, hay tantos matices como alumnos regresan. Dice el tópico que cada caso es un mundo, en este caso es un mundo nuevo, por abrir, escribir y crear, una vida entera por moldear.

Pero al margen del acontecimiento familiar que supone en cada caso particular, hay un inicio de curso colectivo, comunitario, en el que toda la ciudadanía observa y espera desde la convicción de que esos centros son cimientos inevitables de cualquier futuro. Desde ese punto de vista, la vuelta al colegio se presenta convulsa y complicada.

La Junta de Andalucía presume, a través de su indiscreta presidenta, de volcar todos sus esfuerzos, toda su capacidad y eficacia, en los sistemas públicos de educación y sanidad.

Son las joyas de la corona autonómica. "Mañana tienen que abrir mis colegios y mis hospitales", gusta decir Susana Díaz con cierto aire melodramático. Pues esos colegios abrirán este lunes convulsos. Una década ininterrumpida de recortes ha mermado la dotación material y, sobre todo, personal de los centros.

El motín de los interinos apartados con la excusa de la caprichosa recuperación de la lengua francesa es, simplemente, un síntoma, una evidencia más de un historial con demasiados capítulos. La decadencia material en el mantenimiento de los centros tiene otro episodio sangrante en la Bahía de Cádiz. Los padres de alumnos del colegio Reggio, en Puerto Real, creen que la presencia de amianto en la estructura del centro amenaza la salud de sus hijos. El delegado de Educación dice tener pruebas técnicas de lo contrario. En seis meses no se han puesto de acuerdo y el resultado es que mañana se espera un plante, lleno de tensión y con posibles consecuencias.

Son dos pruebas de que comienza un curso diferente en el que se pone a prueba la resistencia a los recortes de profesores y padres. Esa es la realidad. Lo de «mis colegios y mis hospitales», puro folklore.

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