OPINIÓN

El puerto y los servicios

La apertura de los muelles al aparcamiento reaviva un debate urbanístico esencial para Cádiz

Desde hace casi una década –y antes con un gran plan socialista que se quedó en el papel– la ciudad de Cádiz se ha puesto a dialogar sobre los posibles usos mejores del espacio presuntamente sobrante en sus muelles, en su puerto. Ahora que la verja está a punto de empezar a caer, por fin, se debate la reutilización de hasta 300.000 metros cuadrados liberados de suelo portuario, que supone la mayor oportunidad de expansión de un municipio tan limitado en el presente siglo. Cádiz es una ciudad sin periferia ni alrededores a los que asirse, por lo que extenderse como han hecho todas. De ahí que esta conversación entre ciudadanos, empresas e instituciones sea esencial para la capital. No tendrá muchas ocasiones más de crecer tanto (aunque no sea una gran extensión) en mucho tiempo. Es una gran oportunidad dentro de sus limitadas proporciones. Por lo tanto, conviene oír a todas las partes, despojarse de prejuicios y de la creencia de que la razón está de nuestro lado. Probablemente, lo más conveniente para los gaditanos salga de una combinación de las necesidades y advertencias de todas las voces.

Pero además de pensar juntos en el mejor destino del suelo liberado en el Muelle Ciudad o en el de Alfonso XIII, además del que transcurre en paralelo a la zona de la plaza de la Hispanidad o San Carlos, es fundamental recordar la trascendencia para la economía local y comarcal de las funciones portuarias, con especial protagonismo para la entrada en funcionamiento de la futura terminal de contenedores. La función principal del puerto, la del movimiento de personas y mercancías, es aún la que más empleos crea. Y más debe crear. Conviene no olvidarlo. Conviene ubicar esta idea en primera posición. La actividad portuaria es esencial, aún menguada, para la capital gaditana. Renunciar a darle espacio y capacidad material es resignarse a perderla.

Muchos ciudadanos también defienden que la capital gaditana necesita usar ese sobrante para servicios como aparcamientos, sobre todo, recintos como un gimnasio, para grandes conciertos u otros comercios que precisan de muchos metros. Pero esas finalidades pueden tener un protagonismo limitado. Si fuera excesivo, supondría que la ciudad se traga al puerto. Tan desaconsejable como lo contrario. Por último, a las instituciones les conviene admitir que, hasta ahora, han sido incapaces, todas, de satisfacer las necesidades y expectativas de los gaditanos en cuanto a equipamientos y espacios libres.

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