Eduardo Moyano

Nuestros detectives de la ficción

Paso esta segunda quincena de julio en Panxón entre Baiona y Vigo. Ha sido una semana sin pases cinematográficos

Eduardo Moyano
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Paso esta segunda quincena de julio en Panxón entre Baiona y Vigo. Ha sido una semana sin pases cinematográficos aunque llevo en mi mochila o en mi nevera alguno adelantado de semanas anteriores. Paseando por las playas de esta localidad, que no se ve tan agobiada por el turismo, recuerdo ‘La playa de los ahogados’, película de Gerardo Herrero, protagonizada por Carmelo Gómez y basada a su vez en la novela del mismo título de Domingo Villar.

Este autor gallego parecía llamado a ser uno de los grandes de la novela negra en España pero hace siete años que no publica nada. ‘Los ojos del agua’, su primera novela recreaba un crimen en la isla de Toralla, también muy cerca de aquí, en el único rascacielos que hay en la zona.

En eso los gallegos han sabido mantener el entorno frente a las barbaridades urbanísticas del sur o la comunidad valenciana. De pescadores, de crímenes y de pasados oscuros trataba ‘La playa de los ahogados’, ambientada en este mismo paraje en el que estoy. La novela, con su protagonista el inspector Leo Caldas, un personaje solitario, tímido, fumador, degustador de vinos blancos, llamado a ocupar un lugar destacado en la novela negra, se ha ido diluyendo después de tantos años sin aparecer en las páginas de un libro. Villar dejó a atrás leyendas y meigas para adentrarse en una historia y unos personajes mecidos por los sones del jazz en unas calles, en unas plazas, en unas playas que hacemos reconocibles. También nos son reconocibles los personajes creados por Manuel Vázquez Montalbán, con aquel Pepe Carvalho que tantas veces se llevó a la pantalla grande o la pequeña y que más bien podría haberse quedado en las páginas del libro. Patxi Andión, Juan Luis Galiardo, Omero Antonutti, fueron algunos Carvalhos del cine y Eusebio Poncela el protagonista de una serie dirigida por Adolfo Aristarain, que quizá fue la que mejor adaptó al detective gallego-catalán, irónico, cáustico ,amante del placer de la mesa y sobre todo antihéroe de todas sus historias.

Los detectives de la novela negra española siguen estando ahí aunque no hayan sido demasiado afortunadas algunas de las adaptaciones cinematográficas. Si me gustó, por ejemplo, ‘El alquimista impaciente’ novela de Lorenzo Silva, que llevó al cine Patricia Ferreira, con la pareja de guardias civiles formada por Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro investigando cualquier crimen que se tercie. Alicia Giménez Barlett con su Petra Delicado, fue pionera en aportar una perspectiva femenina a la novela policiaca española que, posteriormente, ha tenido continuidad en el género con autoras como Marta Sanz o Dolores Redondo. Si la novela nórdica sigue estando de moda la española no tiene por qué quedarse atrás. Hay buenas novelas y grandes personajes. El cine, en este género, sigue un paso por detrás.

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