El Apunte

La formación, siempre con retraso

La patronal advierte de que cuando llegan los encargos al sector naval, los operarios no están bien preparados

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Cualquier persona dotada con algo de sentido común sabe que el gravísimo problema del desempleo en la provincia de Cádiz tiene raíces educativas. Una enfermedad tan grave y duradera como la del mercado laboral gaditano tiene muchos orígenes y uno de los principales es una formación defectuosa. Existe una teoría, con su margen de error, que dice que el porcentaje de paro (personas sin trabajo por cada cien en situación de trabajar) de cada territorio se aproxima bastante a su porcentaje de fracaso escolar (personas de cada cien que no alcanzan a culminar las fases académicas obligatorias). Es decir, a zonas con un diez por ciento de abandono de las aulas les viene a corresponder una cifra similar de desempleados.

En muchas parte de España se cumple y, desgraciadamente, en Cádiz también. Ambos parámetros están, hace muchos años, por encima de un desolador 30% en cada sector de población afectado. Es decir, no sólo no hay empresas, no sólo se han producido deslocalizaciones, no sólo han existido fenómenos especulativos. También nos falta preparación. Cuando hay un puesto de trabajo disponible, resulta que los especializados para cubrirlo suelen ser de otros lugares. La cantinela de que en las obras de Cádiz no hay gaditanos tiene parte de verdad pero los propios gaditanos tendríamos que preguntarnos por qué. Ahora llega otro ejemplo simbólico, en un sector histórico además. Los cursos de formación de operarios para el sector naval que necesitan las empresas auxiliares y anuncia la Junta con su habitual bombo propagandístico no funcionan. Llegan tarde y mal. Resulta que no son útiles, que se quedan cortos para satisfacer la demanda de personal cualificado cuando llegan los encargos importantes. Tanto pedir carga de trabajo y cuando aparece no estamos listos. Esa historia podría aplicarse a otros muchos sectores de la economía gaditana. Los astilleros sólo son un ejemplo. Constantemente se habla, desde sindicatos e instituciones, de la necesidad inexcusable de formar y reciclar al personal de la industria naval de la Bahía para afrontar los nuevos retos que se avecinan. Pero han pasado muchos años en la misma situación y la preparación no ha cogido el ritmo de la demanda, siempre va por detrás. La crisis dejó sin actividad a muchos trabajadores del sector que ahora necesitan ponerse al día, que deben familiarizarse con otras tecnologías. Y no lo han hecho. Nunca terminamos de aprender.

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