El Apunte

Un consuelo difícil

La Encuesta de Población Activa arroja datos positivos que cuesta digerir en un entorno trágico

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Resulta complicado decir nada nuevo, interesante o diferente del desempleo en Cádiz. Son décadas a vueltas con lo que parece ser una lacra endémica, que tiene altibajos pero a la que nunca le baja la fiebre que provoca dolor a tantas familias. Parece que cualquier palabra es pura reiteración, que ya está todo escrito mil veces. Como a la fuerza ahorcan, los gaditanos somos unos expertos en cifras y datos relacionados con el desempleo. Para los números negativos, claro.

En pocos sitios se han creado más planes, se han hecho más promesas, se han analizado más cifras y se han alcanzado menos logros. Por eso, cuando llega cierta mejoría resulta difícil alegrarse y celebrar. No hay motivos y, mucho menos, costumbre.

La Encuesta de Población Activa que se hizo pública ayer habla de una bajada del desempleo en el mismo trimestre de 2016. La mejora es realmente notable pero la cifra aún es tan alta que no hay motivo de satisfacción. El dato general aún es de un escalofriante 33,8% de parados. Es la única provincia que supera el 30% en Andalucía y aunque el número de ocupados crece de forma muy llamativa respecto al primer trimestre de 2016, la falta de empleo supone todavía una tragedia social que encendería cualquier alarma de no ser por la costumbre.

En cambio, es una mejoría notable, empieza a estar lejos ese 40% que hace apenas tres años era familiar, lo que debe interpretarse como algo positivo, como algo parecido a una esperanza. Conviene tener presente que la situación mejora. Poco y lentamente, dentro de unos números aterradores en la provincia, pero mejora notablemente respecto al mismo periodo de 2016, y de forma espectacular si se comparan las cifras con las de hace cinco años. Es la EPA menos alarmante en tiempo y a esa ilusión habrá que agarrarse.

Por contradictorio que parezca y aunque los efectos aún no lleguen con la intensidad deseada a las familias, los números son menos rojos que durante toda la primera mitad de la segunda década del siglo.

Aún quedan demasiadas familias inmersas en la angustia de la falta de ingresos pero son menos. Sigue creciendo de forma sostenida y continua la cifra de las que pasan a tener al menos un sueldo al que agarrarse entre todos sus miembros e integrantes. El objetivo es acelerar la mejora, sumar a muchas familias más y, sobre todo, a mayor velocidad.

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