Abril y derechos de autor

Esta tarde, en el salón isabelino de la Diputación, la Real Academia Hispanoamericana celebra el Día del Idioma Español y lo hace, como no podía ser de otra manera, recordando a Cervantes. Una conferencia, ‘El Quijote o la lucidez de la locura’, a cargo de Rogelio Reyes, que nos paseará por los pensamientos del que fue el más casto enamorado y el más valiente caballero que de muchos años a esta parte se vio en aquellos contornos y, sobre todo, por los entresijos de la mente genial del que lo creó. Por eso de coincidencias de agendas, fin de semana incluido, se ha retrasado unos días el homenaje gaditano a esa lengua que une a más de 450 millones de personas en el mundo.

Porque es el 23 de abril, aniversario del fallecimiento de Don Miguel, el día en el que los hispanoparlantes celebremos nuestro idioma común; es también, precisamente por lo que tiene de simbolismo para la literatura universal, la fecha escogida por la Unesco para celebrar el día del libro, rindiendo así homenaje a las obras y a sus autores. Y es también el 23 de abril de cada año, cuando en el paraninfo de la Universidad de Alcalá, los Reyes entregan el Nobel de las letras españolas, el Premio Cervantes, que esta vez se ha ido para México. En esta ocasión, la celebración tiene un toque especial; son ya 469 los años que Don Miguel cumple entre nosotros. Casi 100 lustros de vida gracias a su inmortal obra. El mes de abril es un mes muy literario; las Ferias del Libro empiezan a ocupar ya su lugar habitual en numerosas ciudades y, con la llegada de la primavera, homenajeamos a grandes nombres de la literatura. Durante un mes de abril nos dejaron, aunque solo físicamente, Miguel de Cervantes, el Inca Garcilaso de la Vega o Josep Pla, pero también se fue por estas fechas, salvando los pequeños detalles discrepantes entre los calendarios juliano y gregoriano, otro autor universal, William Shakespeare. En abril nació, nuestro Premio Nobel de Literatura, Vicente Aleixandre, y durante este mes nacieron o murieron autores como Maurice Druon, Morris West, Vladimir Nabokov o, el también premio Nobel, Bjornstjerne Bjornson. Por eso no es extraño que abril sea el mes elegido para celebrar el Día Mundial del Libro y de los Derechos de Autor, concretamente el día 23 por lo que significa esta fecha, o el Día de la Propiedad Intelectual que se celebra cada 26 de abril. No sé que hubiesen pensado todos esos grandes autores, de estar todavía entre nosotros, al ver como nos descargamos, con trampa y gratuitamente, las producciones literarias desde la red, obviando los derechos de los creadores sobre sus propias obras, sobre los hijos del entendimiento que diría Cervantes para describir a los libros. Si don Miguel viviese en estos momentos, posiblemente tendría que vivir de su sueldo como inspector de hacienda y Shakespeare, haciendo giras teatrales. A ambos les resultaría difícil sobrevivir con lo que mejor sabían utilizar, la mente y la pluma; posiblemente, si viviesen ahora, les habríamos impedido que pudiesen dedicarse completamente a ello. Y quizás, por eso mismo, no podríamos disfrutar del Quijote, de Sancho, de Hamlet o de Otelo. No podemos ni imaginamos los que nos habríamos perdido y lo que, posiblemente, nos estamos ya perdiendo.