OPINIÓN

«Idealisnchz»

La caridad es un sentimiento o actitud que impulsa a interesarse por las demás personas y a querer ayudarla

Fernando Sicre

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En el portal «Idealista» aparece en la parte superior de la página «encontramos tu espacio», comprando, alquilando o compartiendo. Más abajo dice: acota en el lugar elegido la zona de búsqueda y se sombrea con un corazón rojo sobre tu preferencia. Quién sabe si «La PSOE SA», supuesta empresa en la que trabajaba el padre del crío que, al ser preguntado donde trabajaba su progenitor, respondió que trabajaba en el paro, en La PSOE (es la historia del Empleo Comunitario, el PER, el AEPSA y demás políticas de empleo aderezadas con el subsidio agrario en ciertas partes del territorio español). También podría haber dicho que lo hacía en la Faffe, pero esta fue de infausto recuerdo posteriormente. Por decir, se pueden decir muchas cosas. Si «La PSOE» tuviera una Web para que le digamos cosas y nos solucionase la vida, en la función «encontrar tu lugar de preferencia», volvería a aparecer un gran corazón que teñiría de rojo el lugar pretendido, y en el punto exacto de este aparecería un capullo, de rojo más intenso. Así es que la solución queda representada en un capullo rojo solapado en un corazón bermellón. ¡Qué bonito, qué conmovedor!

La lectura de la prensa estos días me ha exigido la ingesta de pasas y sus rabitos. Son tantas la cosas que le dicen a «Snchz» que, sin esas uvas aderezadas al sol, mi memoria puede que sucumba: Pedro el constructor, Antonio el ferralla, Pedrovial…No queda la cosa con éste, porque ha sido presentado por quienes quieren destruir España (Bildu y ERC), el acuerdo alcanzado con el Gobierno para desatascar la ley de vivienda. De ahí que en escena aparecen también: Pablo Marmol (el coletas), Yoli la «interiorista» chuli, guay del Paraguay…En fin, no ha quedado gremio de la construcción y su asociación conceptual con algunos de los múltiples personajes que conforman el consejo de ministros que nos desgobiernan. Pero, tratándose de viviendas, la construcción es parte necesaria para su existencia. Estos días aterrizó en España uno de los amigos y defensores de Putín. Toda la izquierda encantada con la visita. Pues bien, Marcelo Odebrecht, confesó en su día al juez Sergio Moro que el expresidente Lula figuraba en las planillas que registraban los sobornos de la constructora brasileña con el nombre en código de «Amigo». Además, declaró ante la Justicia haber pagado unos 4,15 millones de dólares en efectivo al pájaro de las marismas de la Amazonía entre 2012 y 2013. Dios los crea y ellos se juntan. Y eso que son ateos, eso suelen decir.

Vayamos al grano. Granos de arena y polvo de cemento conforman la argamasa que posibilita levantar edificios. Su construcción supondría incrementar la oferta y sólo de esta forma encontraríamos la senda de encaminarnos a equilibrarla con la demanda de viviendas. El ideologizado, contraproducente y absurdo acuerdo entre el gobierno y los que quieren cargarse España se ha hecho realidad. Así es que, a este paso la desaparición de España está más cerca que lejos. Hacer que desaparezcan los elementales mecanismos de mercado, nos sitúa en un lugar imposible en una democracia liberal. Las grandes batallas económicas del siglo XXI se darán entre las democracias liberales frente a autocracias. Y, cada día constato que este gobierno y sus socios, aspiran a ello. Sabedores que los regímenes totalitarios tienen ya el 30% de la riqueza del planeta y aspiran a seguir conquistando espacio, «Snchz» y su gobierno se han posicionado de forma nítida desde los comienzos de su gobierno en 2018. Miren, cuando comenzó a filtrarse la reforma laboral en la prensa, prácticamente desde el comienzo de la actual legislatura, el sentido originario de la misma iba en la misma dirección que, la pretendida por los sindicatos de clases españoles. Que coincidía en sus principios y valores con aquellos que constituyeron el armazón legislativo de la Ley de contrato de trabajo de 1944. Luego, la reforma del mercado de trabajo fue bien distinta, porque, sobre todo Europa se oponía radicalmente a ella. Ahora, el acuerdo para la promulgación de la nueva Ley de la vivienda es harto parecida a la publicada en 1946. Ambas representaban parte del núcleo irreductible de la legislación social de la dictadura.

Antes (1946) y ahora (2023), ambas normas parten de la idea de que existe un problema en el sector de la vivienda y que el Estado debe intervenir para poder darle solución. Semejanzas entre ambas normas: control de rentas, establecimiento de períodos mínimos de duración de los contratos y prórrogas forzosas para el arrendador. También hay novedades, desde luego atentatorias contra el derecho de propiedad: penalizar a los propietarios que mantengan sus viviendas desocupadas, habilitando a los ayuntamientos a penalizar a los propietarios con subidas impuestos; tratamientos dilatorios en los desahucios…Un ejercicio de fariseísmo imposible de superar. Se habla de vulnerabilidad y la defensa de las situaciones de aquellas personas definidas vulnerables por la Ley. Sólo que esa «especial forma de caridad» se exige a los ciudadanos. Se transgrede el concepto, ya que la caridad es un sentimiento o actitud que impulsa a interesarse por las demás personas y a querer ayudarlas. La caridad no se puede exigir. Sólo cabe obligar a ello a «Idealisnchz», que maneja nuestros impuestos.

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