Hasta siempre Indiana Jones

No hay otro como Indiana Jones, no hay otro héroe de ficción que haya congregado en torno a él a tantos seguidores que durante más de cuarenta años han acudido al cine en pantalla grande a ver sus películas.

La quinta y definitiva entrega de Indiana Jones y el dial del destino llega a las pantallas de toda España esta misma semana y aseguro que no desmerece a ninguna de las anteriores. Harrison Ford prosigue sus aventuras alrededor del mundo buscando huellas del pasado, de civilizaciones plenas de sabiduría que han hecho posible la historia de la humanidad.

Indy, ese arqueólogo que acepta todos los envites con tal de proteger las reliquias y tesoros de toda la humanidad nos va a llevar por Nueva York, Tánger, la costa española o Sicilia en una frenética carrera que comienza en el fin del nazismo y los intentos por expoliar el mayor número posible de obras de arte arrancadas de museos u otras entidades y particulares de la Europa invadida.

El odio a los nazis o su pánico a las serpientes no faltan en la quinta entrega de la saga que no deja atrás a otros animales repelentes para casi todos los humanos que han ido apareciendo en sus películas como ratas, arañas, ciempiés, murciélagos o cualquier otro ser vivo con que los niños se divierten y los adultos miramos para otro lado.

Los niños también están en sus películas, como un guiño a los millones que han seguido extasiados las aventuras de este arqueólogo y aventurero universal. Niños tan listos y audaces como su maestro. Tapón o el propio hijo de Indy son algunos de los escuderos del héroe siempre acompañado por su sombrero y su látigo que le han sacado de más de un apuro.

Creo que el éxito de Indiana Jones, más allá de la espectacularidad de muchas de sus secuencias , es el ritmo trepidante que le inculcaron su director Steven Spielberg y el creador de la saga y guionista en varias de las entregas, George Lucas. La acción nunca se detiene.

Desde que en 1981 comenzaron la saga con En busca del arca perdida siempre han estado juntos hasta esta ocasión en que la dirección es de James Mangold, quién también es uno de los guionistas. Mangold rodó en Cádiz algunas de las secuencias de la fallida película de acción Noche y día que protagonizó Tom Cruise. La música, tan reconocible y celebrada, continúa sien- do de John Williams. Aquí Mangold se ha esmerado e Indiana Jones y el dial del destino es una muestra de buen cine que no defraudará y mantendrá a los espectadores pegados a la pantalla durante las más de dos horas y veinte minutos que dura la proyección. Indy ya no estará acompañado por una de las mujeres con las que se aventuró por medio mundo y se convirtieron en sus parejas, pero si por su ahijada (Phoebe Waller-Bridge) mucho más materialista y enrevesada que su padrino.

Indiana Jones bebe de la gran narrativa de Stevenson o Verne y de títulos cinematográficos plenos de aventura y riesgo como Las minas del Rey Salomón o Viaje al centro de la tierra. Son héroes de carne y hueso por muchas proezas que lleven a cabo. La saga Indiana Jones cree en la cultura y la historia de la humanidad. En el Dial del Destino nos lleva a la antigüedad, doscientos años A.C y al luminoso EEUU de 1969 cuando los primeros astronautas pisaron la luna. Indy se despide para siempre . Harrison Ford a sus 81 años ha vuelto para encarnar a un personaje que se ha convertido en inmortal para la historia del cine.