EDITORIAL

La hora del Partido Popular

El PP tendrá la oportunidad de comunicar a los electores andaluces su visión de los problemas de Estado, no sólo de Andalucía

Pablo Casado, presidente del Partido Popular, con el secretario general de su formación, Teodoro García Egea, a la izquierda ABC

ABC

No puede decirse que el Partido Popular haya terminado sus vacaciones porque sus principales dirigentes no las han tenido. Tanto su presidente, Pablo Casado , como su secretario general, Teodoro García Egea , han dedicado el mes de agosto a estar presentes ante la opinión pública y recorrer la geografía de los principales problemas de España. También se han dedicado a visitar las organizaciones territoriales de su partido, al tiempo que las primeras encuestas ya reflejan una recuperación del voto del PP tras el acceso de Casado a la presidencia de la formación. A los dirigentes populares tampoco les quedaba otra opción. La trayectoria errática del Gobierno de Pedro Sánchez en materia de inmigración o respecto del amparo de Estado que merece el magistrado Pablo Llarena, no podía quedar sin respuestas, como las que ofrece hoy en ABC el secretario general de los populares, García Egea. Si Pedro Sánchez ha convertido el Gobierno, el Consejo de Ministros y el BOE en su gabinete de campaña electoral, el PP tenía que dar una respuesta a la altura de las circunstancias. Y las réplicas de Casado han sido lo suficientemente certeras como para obligar al Gobierno a corregir, al menos parcialmente, algunos errores muy graves. Por ejemplo, la protección judicial a Llarena a cargo del Estado no es un acierto después de la rectificación, sino la palmaria demostración de que el Gobierno socialista no sabe manejarse en asuntos de Estado sin estrellarse contra la realidad. Lo mismo ha sucedido con la inmigración, y estas rectificaciones, por llegar tarde, dejan un daño ya irreparable. La mera posibilidad de haber dejado al magistrado Llarena a expensas de las sucias estrategias pseudolegales de los separatistas revela una predisposición antisistema impropia de quien nunca debería haber dudado de que en Llarena se resume, hoy, la defensa del Estado y del interés nacional .

Sin tregua política para asentarse, el presidente y el secretario general del PP se enfrentarán probablemente a unas elecciones anticipadas en Andalucía , donde competirá con Susana Díaz el candidato popular, Juan Manuel Moreno , a quien Casado ha recibido con lealtad y compromiso de la anterior dirección. Esas elecciones permitirán muchas lecturas para el PP, pero también para Ciudadanos. En todo caso, los populares tendrán la oportunidad de comunicar a los electores andaluces su visión de los problemas de Estado, no sólo de Andalucía, que son por sí mismos muy importantes. Sin embargo, el empeño de Pedro Sánchez en hacer girar su política nacional en torno a los nacionalistas y separatistas afecta muy directamente a los andaluces, porque Sánchez ha puesto sobre la mesa de negociación con Torra y sus secuaces la igualdad entre los españoles con forma de cesiones privilegiadas de competencias, incluso algunas anuladas por el Tribunal Constitucional.

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