Contminación en el cielo de Madrid
Contminación en el cielo de Madrid - ABC.es
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Así luchan contra la contaminación en las principales capitales europeas

Reducir los límites de velocidad o restringir la circulación son las medidas adoptadas para evitar la polución en las grances urbes

Madrid Actualizado: Guardar
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La calidad del aire es uno de los problemas con los que, a diario, se tienen que enfrentar las autoridades de las principales ciudades europeas. La apuesta por el transporte público eficiente es, a priori, la solución más lógica. Pero mientras se consigue una red convincente, y en tanto que los ciudadanos se conciencian para usar esta vía de transporte alternativa al coche particular, los alcaldes ponen en marcha diversas medidas para intentar que dejemos nuestros vehículos en casa.

Madrid, después de que ya lo hiciese en su día Barcelona, ha decidido limitar la velocidad máxima a 70 km/h en una de sus principales circunvalaciones, la M3o.

Una decisión no exenta de polémica, al igual que otras similares puestas en práctica en otras ciudades europeas.

Berlín es, según la European Environmental Bureau (EEB), la ciudad que mejor luchan contra la polución en la Unión Europea. Es un ejemplo en cuanto a su eficiente red de transporte público, una cultura de la bicicleta muy extendida y una restricción del tráfico para los coches más contaminantes.

Bruselas es otra de las urbes en la que la cultura ciclista está muy extendida, de modo que tienen prioridad en el centro de la ciudad. Aún así, en casos de picos de contaminación, se limita la velocidad a 50 km/h.

Según recoge el portal «autocasion.com», en Estocolmo y en Londres dunciona un sistema de peajes a la entrada del casco central de la ciudad, por lo que el uso del transporte público es casi obligatorio.

En el caso de Londres, si queremos acceder al centro tendremos que pagar ocho libras. La medida, puesta en práctica desde el año 2003, supone un coste de 150 millones de libras anuales en mantenimiento y 200 millones por la instalación del sistema.

En la capital de Francia, París, directamente han prohibido la entrada a la ciudad a los vehículos diésel, los más contaminantes. En caso de polución extrema, además se alternan los días circulables entre coches de matrícula par e impar, y también llegan a prohibir la entrada de camiones de más de 3,5 toneladas. Esto último es muy similar a lo que ocurre en Atenas.

La ciudad considerada como la peor en la lucha contra la polución es Roma, debido a su deficiente transporte público y al limitado incentivo existente al uso de la bicicleta.

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