El EK Wagon, de venta en Japón, es uno de los modelos afectados
El EK Wagon, de venta en Japón, es uno de los modelos afectados - ABC.es
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Los expertos recomiendan no hacer reparaciones ante el nuevo escándalo de emisiones

Tras Volkswagen es ahora Mitsubishi la marca que reconoce haber manipulado sus motores

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Tras el ya conocido como «dieselgate», con Volkswagen como protagonista tras haber reconocido la manipulación de alguno de sus motores diésel haciendo más favorables sus cifras de emisiones contaminantes, ahora es la firma Mitsubishi la que reconocehaber falseado las cifras de emisiones de, al menos, 625.000 vehículos, afectando de manera directa a la marca Nissan, cliente de la compañía automovilística japonesa.

Mitsubishi ha admitido este miércoles haber manipulado los controles de las emisiones contaminantes de al menos 625.000 vehículos vendidos en Japón. La compañía ha informado en rueda de prensa de que el fraude afecta a cuatro modelos.

Desde la distribuidora de Mitsubishi Motors en España han confirmado a ABC.es que ninguno de sus modelos homologados y comercializados en el mercado español están afectados por las incidencias sobre modificación de los consumos homologados en Japón.

La comunicación por parte de Mitsubishi afecta a unos modelos concretos de la categoría micro-coches («K-cars») que no se comercializan en la Unión Europea. Los 6 modelos de Mitsubishi Motors comercializados en España cumplen con la homologación europea en vigor.

Según han confirmado los directivos de la firma, se manipuló el proceso de prueba del consumo de combustible de estos vehículos de forma que los resultados de los test reflejaron unos datos de eficiencia energética mejores que los reales.

El presidente de la compañía, Tetsuro Aikawa, ha explicado que la manipulación afecta a unas 157.000 unidades de los modelos ek Wagon y ek Space producidos por Mitsubishi desde 2013, y a otras 468.000 unidades del Dayz y el Dayz Roox, ambos producidos de forma conjunta por esta compañía y comercializados por Nissan Motor.

Ante esta situación, desde la empresa de asesoramiento legal Legálitas aconsejan a los propietarios de vehículos Nissan y Mitsubishi que actúen al respecto, recopilando una serie de documentos que en un futuro pueden ser necesarios si resultasen ser afectados por este nuevo escándalo en las emisiones contaminantes.

A la espera de una postura oficial de la marca, entre los documentos a recopilar se encuentran el contrato de compraventa del vehículo, los folletos publicitarios e informativos entregados en el momento de realizar la compra, los justificantes de ITV, revisiones y reparaciones que hubiera pasado ya el vehículo, así como los peritajes ya efectuados que se pudieran disponer.

Si Mitsubishi o Nissan se pusieran en contacto con los propietarios de vehículos de estas marcas, es fundamental que guarden todas las comunicaciones, pues servirán de prueba en un futuro proceso de reclamación. Igualmente, se recomienda conservar también cualquier documento relativo a reparaciones que hayan tenido o tengan que efectuar en el vehículo, además de realizar desde ahora mismo un control del consumo de carburante, documentando con pruebas si es posible el combustible que recarguen.

Los expertos de Legálitas recuerdan además que las consecuencias de ser uno de los afectados implica que nuestro vehículo pudiera llegar a tener un valor inferior una vez modificado, por ejemplo, por pérdida de potencia; el coste del carburante podría ser mayor si se le instalase un nuevo sistema de control de emisiones; deberíamos volver a pasar la ITV si se modificasen las características del vehículo,; podríamos tener un mayor coste en parquímetros en ciudades como Madrid en las que el precio varía en función de las emisiones contaminantes del coche; e incluso llevar el coche a que nos cambien el sistema nos podría ocasionar una serie de gastos, como el transporte alternativo durante el tiempo que la reparación del vehículo dure.

Los asesores legales recomiendan no realizar ninguna acción, ni reparar, sin antes consultar con un abogado experto, pues al igual que ocurre en el «Caso Volkswagen», esta acción puede suponer una pérdida de derechos para los afectados, pudiendo condicionar el derecho a reclamar de los afectados.

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