RENAULT SCENIC TCE 160
Un familiar que reinventa el concepto de monovolumen con aspecto «crossover»
El modelo, que se comercializa desde 2016, tiene una estética moderna y un interior generoso y tecnológico
Puede que los monovolumen no estén de moda, ya que en los últimos años, poco a poco, han ido cediendo paso ante los SUV. Pero hay algunos modelos que resisten la adversidad, en lo que a ventas se refiere, gracias a una estética que los diferencia de los demás modernos del mercado, con mucha tecnología, y con un diseño que, manteniendo su configuración de monovolumen , se deja influenciar por la estética crossover.
Este es el caso del Renault Scenic . Un vehículo que, en su cuarta generación, lleva en el mercado español desde 2016. Ya hace más de 20 años Renault descubrió el segmento, cuando en 2016 sacó al mercado su primera generación. Parte de sus virtudes siguen intactas, como son un puesto de conducción elevado, unas dimensiones interiores muy generosas y modulables, y un exterior compacto, similar al de una berlina.
Además el Scenic actual se ha dotado de unas generosas llantas de 20 pulgadas , y una pintura exterior bicolor que lo hacen estar a la última. En el apartado mecánico, el coche está disponible con motores gasolina y diésel de 95 a 160 CV de potencia. Nosotros en esta ocasión hemos probado la variante gasolina de 160 CV y cambio automático.
Un motor muy a la moda, ya que cada vez son más los posibles compradores de coches que, atemorizados ante la amenazas de algunas administraciones hacia los diésel, se deciden por coches de gasolina. Lo cierto es que con 160 CV a nuestra disposición el disfrute a la hora de pisar el acelerador y notar la rápida respuesta del motor es máximo. Y tampoco se puede decir que, por llevar un motor de gasolina, nuestro bolsillo se vaya a ver lastrado a final de mes , ya que este Scenic TCe homologa unos frugales 5,4 litros a los cien kilómetros de media. En nuestros recorridos, tanto por ciudad como por autopista y carreteras secundarias, logramos hacer una media de 6,4 litros, lo que no está nada mal.
El rodar muy agradable del coche se ve potenciado por un cada vez mejor cambio automático EDC de doble embrague que, en ste caso, le sienta como anillo al dedo. Pese a ser un coche alto, en ningún momento se notan inercias extrañas, ya que el coche se conduce como un utilitario normal, eso si, con 160 CV bajo el capó.
Exteriormente el Scenic resulta atractivo, con una pintura bicolor y unas llantas de grandes dimensiones que hacen que este monovolumen no parezca «un coche de padres» . Las grandes ruedas contribuyen a mejorar el dinamismo del coche y rebajan visualmente la distancia al techo, por lo que el vehículo parece más «bajito» de lo que realmente es. En el interior todo es amplitud y diseño pero sin perder practicidad . Destaca especialmente la pantalla multimedia en formato «tableta», a través de la cual se accede mediante el sistema R-LINK 2 a la práctica totalidad de las funciones del vehículo.
La consola central es deslizante, y nos deja un volumen apra depositar objetos de 13 litros. En la parte posterior, la consola está equipada con una toma de 12 voltios, dos tomas USB y una toma jack, y con una guantera específica.
Para facilitar el uso de todo el volumen disponible el Scenic está dotado con el llamado sistema «One Touch Folding» que permite abatir con un solo movimiento los asientos traseros para conseguir un piso plano. Esta función puede accionarse desde dos sitios distintos: desde el maletero o bien desde el sistema R-LINK 2.
En cuanto al maletero, otra de sus grandes virtudes, disponemos de un volumen de 572 litros sin necesidad de abatir los asientos posteriores. Quienes necesiten un maletero más grande, o la posibilidad de disponer de siete plazas para pasajeros, pueden recurrir al modelo Grand Scenic , que en este caso aumenta de longitud hasta 4,63 metros, con un enorme maletero de 433 litros (modo 5 plazas) o 189 con todas las plazas ocupadas.
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