El «pinchazo» del plan de incentivos Moves acentúa el frenazo de España ante el coche eléctrico

A falta de dos meses para acabar el plazo de solicitud de las ayudas, quedan el 50% de fondos por consumir. El sector culpa a la necesidad de achatarrar un coche y a la dispersión de las ayudas, delegadas a las comunidades autónomas

U. M.

España no logra pisar a fondo el acelerador de la electromovilidad. Mientras que Alemania se comprometió la semana pasada a incrementar las ayudas por la compra de un vehículo hasta los 6.000 euros y a desembolsar 3.500 millones de euros para erigir un millón de puntos de recarga; en España el magro plan Moves, dotado con 45 millones de euros, sigue sin carburar

Mientras que convocatorias anteriores de ayudas se agotaban en pocas horas, el Moves, aprobado en febrero, aún no se ha desembolsado en su totalidad . A falta de dos meses para su finalización, aún quedan pendientes un 50% de los fondos. Además, tan solo cinco autonomías han comprometido el 70% de sus fondos.

«La dispersión de planes Moves por comunidades autónomas ha imposibilitado una comunicación única de la puesta en marcha de los fondos», critica en un comunicado Anfac. El IDAE transfirió las ayudas a las autonomías en marzo. El instituto energético fue el encargado de gestionar las convocatorias anteriores, denominadas, sucesivamente, VEA, Movalt, Movea y Movele.

La patronal de los fabricantes de vehículos también culpa a «la obligatoriedad de achatarrar un vehículo de más de 10 años para optar a las ayudas ha resultado ser una barrera importante, teniendo en cuenta que, por lo general, debido a sus características, de momento se trata de un segundo coche en la unidad familiar». Marco Toro , director general de Nissan Iberia, que lidera el mercado de eléctricos en España, aseguraba recientemente que dicha condición había supuesto un «freno», criticando que «no hayamos podido tener ayudas como sí hay en otros países de Europa».

El plazo para reclamar las ayudas se cerró el 16 de abril, aunque varias regiones pidieron un aplazamiento para poder optar a tiempo, especialmente aquellas que no cuentan con un organismo regional de energía. Tan solo cinco comunidades han comprometido más del 70% de los fondos. Dos autonomías, Extremadura y Cantabria, ni siquiera han publicado la convocatoria, aunque sí tienen sus propios planes regionales de incentivo a los vehículos eficientes; al igual que otras siete autonomías.

El Gobierno cántabro solicitó, en septiembre, incorporar los 500.000 euros que le correspondían a su propio plan regional de incentivos, que incluye también ayudas a los coches híbridos y de combustión de bajas emisiones. Mientras tanto, el País Vasco, por su parte, fue la primera autonomía en activarlo, el 2 de abril, cuando muchas regiones ni siquiera lo habían solicitado .

Desde el Gobierno, la falta de incentivos a la movilidad eléctrica se achaca a la interinidad, que ha impedido aprobar unos Presupuestos Generales desde 2018. El secretario general de Industria, Raül Blanco , aseguró ayer que las ayudas están listas para ser lanzadas «en cuanto sea posible presupuestariamente»; y recordó que el Ejecutivo de Pedro Sánchez planteó en febrero un Acuerdo Estratégico que prevé mil millones de euros para instalar puntos de recarga y renovar el parque, «incluyendo todas las tecnologías pero con impacto notable para la electrificación y el vehículo eléctrico».

El Ejecutivo intenta sortear la imposibilidad de dotar al sector con ayudas concretas con imaginación. La ministra Reyes Maroto aseguró este jueves, durante un foro con empresarios chinos del sector de la electromovilidad, la puesta en marcha de una «misión estratégica» que contribuya a fomentar la demanda de eléctricos y ayude a atraer una fábrica de baterías a España. El propio plan Moves procede de ayudas no desembolsadas por el anterior Gobierno, presidido por Mariano Rajoy.

Sin embargo, y pese a la apuesta de Sánchez por el coche eléctrico, la interinidad está alejando a España del resto de Europa en la implantación del coche eléctrico, como argumenta Anfac. Según su Barómetro trimestral de Electromovilidad, las ventas de vehículos eléctricos puros o híbridos enchufables crecen, pero mucho más despacio de lo que sería deseable, y esto teniendo en cuenta que prácticamente todas las Comunidades Autónomas cuentan con planes de incentivo.

En el último trimestre, España solo avanza 0,8 puntos en el índice de penetración del vehículo electrificado (obtuvo 15,3 puntos en la medición de septiembre y se coloca en 16,1 en noviembre) mientras que la media de la Unión Europea subió 2,5 puntos, hasta una valoración de 25,9 puntos. Portugal, Alemania y Francia lideran este crecimiento gracias a sus políticas activas, potentes y bien dotadas para el desarrollo del vehículo y sus infraestructuras.

«España necesita duplicar sus ventas de vehículo electrificado para 2020 si queremos alcanzar las cuotas de mercado necesarias para cumplir los objetivos de reducción de emisiones contaminantes que marca la Unión Europea», asegura Mario Armero , vicepresidente ejecutivo de Anfac. «Es necesario que las administraciones favorezcan una armonización y homogeneidad en las políticas de movilidad que garanticen una cohesión territorial. Debemos generar certidumbre en los usuarios al momento de adquirir un nuevo vehículo».

Infraestructuras de recarga

Asturias continúa liderando el indicador de infraestructuras de recarga, con un grado de cumplimiento de 32,5 puntos sobre 100, con una mejora de 1,7 puntos. Cataluña se queda en segunda posición con 24,4 puntos de cumplimiento en cuanto a infraestructuras de recarga. Al cierre del tercer trimestre de 2019, ya son 10 las Comunidades Autónomas que superan la media española en puntuación en cuanto a infraestructuras de recarga.

España, de nuevo, ocupa los puestos de cola en la Unión Europea en infraestructuras de recarga. Solo adelanta a Italia en desarrollo de estos puntos, con un nivel 16,1 sobre 100 de cumplimiento del objetivo de instalación de puntos de recarga, una puntuación menor que la del anterior Barómetro. El grado de cumplimiento medio de los países de la Unión Europea se coloca en 23,9 puntos sobre 100.

En el último trimestre, se han instalado 227 puntos de recarga en España de los que tan sólo 14 son puntos rápidos. Este sigue siendo un ritmo muy bajo si queremos impulsar el vehículo eléctrico como una alternativa real. Llama la atención, además, que como recordó el delegado de movilidad de Madrid, Borja Caravante en un acto de la Fundación Pons, tan solo haya un punto de recarga en todo Madrid Central. El nuevo consistorio madrileño prevé incrementar dicha cifra a 150 en los próximos meses, según el plan Madrid 360.

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