Democracia Bis

Existe una democracia viejuna y obsoleta donde los ciudadanos eligen a sus representantes de manera proporcionada a través de votaciones en urna y se conforman cámaras legislativas libres y transparentes en las que discutir, debatir y aprobar disposiciones normativas con las que afrontar los problemas de la ciudadanía.

En esta democracia naftalinesca, al BNG le vota un casi ridículo 10% de la población (y bajando). Pero esto no es porque los gallegos repudien sus propuestas, sino que es culpa del bipartidismo, de los medios de comunicación, de Feijóo, del toro que mató a Manolete y de los enemigos de Galicia, así en general.

Luego hay otro sistema, una democracia bis, donde no hay más partidos que el BNG, donde sobran los parlamentos y las instituciones, donde hay unos periodistas buenos que les tocan las palmas y otros malvados que hacen información crítica y molesta.

En ese modelo, el Bloque habla por un espacio infinito de tiempo, y como única réplica tiene el eco y los aplausos de sus corifeos.

En esta democracia de partido único —modelo chino o cubano—, la voz la tienen esos colectivos más desfavorecidos que durante esta legislatura han estado convenientemente politizados y manipulados para hostigar a los rivales políticos. Como todo el mundo sabe, los alcaldes del PP eran vendedores de preferentes y merecían esas campañas orquestadas de acoso. El populismo y la demagogia cotizan más al alza en esta democracia de banderas inconstitucionales que el rigor y la responsabilidad.

Y sí, este innovador formato permite cobrar a final de mes de las instituciones que dices despreciar, que además te surten de portátil, teléfono caro y te abonan dietas de desplazamiento. Porque estar con el pueblo para hacerse la foto e intentar mitigar a la desesperada un tortazo en las municipales está muy bien, pero a algunos les queda año y pico de diputado antes de su jubilación forzosa, y eso hay que cobrarlo. Olé esa decencia.