El difícil papel del alcalde de Tordesillas ante el Toro de la Vega

Está pasando por una auténtica pesadilla que nunca pensó que podía alcanzar tal dimensión. José Antonio González Poncela es un joven natural de Tordesillas que hace cuatro años se convirtió en alcalde del municipio vallisoletano bajo las siglas del PSOE, partido en el que milita por convicción. Ya en su primera cita electoral, consiguió arrebatarle al PP el Ayuntamiento e, incluso, gobernar en solitario gracias a sus siete concejales, frente a los seis de los populares. Su carácter afable, un tanto tímido, y sobre todo, la empatía con sus vecinos y sentido del deber como alcalde, le llevaron cuatro años después, en las pasadas elecciones municipales, a revalidar mandato y hacerse con el 54 por ciento de los votos, lo que le permitía gobernar en solitario gracias a sus ocho ediles, frente a los cuatro del PP y el único que consiguió la coalición de izquierdas Tordesillas Toma la Palabra.

En el ánimo de sus vecinos pesó, además de su buena gestión, sus convicciones, su defensa del municipio y de sus tradiciones y, sobre todo, su posición firme e inamovible en defensa del Toro de la Vega, a pesar de las presiones y de las amenazas que cada año recibe y de que, incluso, el aparato del PSOE, con su secretario general a la cabeza, Pedro Sánchez, haya renegado de él como alcalde socialista y sólo quieran ver al alcalde. Sí mantiene, al menos, el apoyo de sus compañeros de partido en Castilla y León, incluido el secretario autonómico, Luis Tudanca, consciente de la importancia de mantener una plaza como Tordesillas, pero también de que esta villa bañada por el Duero está indisolublemente unida al Toro de la Vega, por lo que sólo asumiendo este planteamiento se puede llegar a la Alcaldía.

González Poncela hace días que se mantiene en silencio. Tras el intento de agresión de que fue objeto la pasada semana en Madrid, que se suma a las continuas amenazas que llegan a través de las redes sociales y de las que informa a la Guardia Civil, optó por retirarse a un segundo plano y esperar, consciente de que cualquier palabra suya podría servir para alterar aún más los ánimos. Lleva meses repitiendo que el torneo del Toro de la Vega está amparado por la Ley pero, aún así, se ha mostrado dispuesto a convocar una consulta popular en el municipio para que sus vecinos opinen sobre este festejo taurino, aunque sabe perfectamente cuál sería el resultado.