Las altas temperaturas llevan a seis pacientes diarios a los centros sanitarios

Beber más líquidos y sin esperar a tener sed, vestir ropa ligera y preferentemente de colores claros, permanecer en las zonas más frescas de la casa o no quedarse en el interior de un vehículo estacionado. Son algunas de las indicaciones que en los últimos días la autoridades sanitarias han lanzado ante la insistencia de las distintas olas de calor de planear sobre la Comunidad. Y es que si de por sí en un verano común las altas temperaturas entrañan riesgos, cuando el termómetro supera los 30 grados sin descanso, como ha ocurrido en este mes de julio, la situación se agrava. Ya no sólo en personas que tengan una patología previa o que realicen esfuerzos en las horas centrales del día, sino en actividades que, en principio, no entrañarían graves peligros pero que han dado un susto a más de uno.

A sanos y a enfermos, a jóvenes y a mayores. Así, una media de seis personas al día fue atendida en un centro de salud u hospital de Castilla y León en la última ola de calor.

En total, sólo en la semana del 6 al 12 de julio 43 personas solicitaron asistencia sanitaria por ser víctimas de una insolación o un golpe de calor, frente a las 110 de todo el mes de junio. Nauseas, vómitos, dolor de cabeza, piel caliente y enrojecida, aumento de la temperatura corporal o inestabilidad al andar son algunos de los síntomas, que incluso pueden llegar a desembocar en convulsiones y un coma.

Si bien los más sensibles a una ola de calor son mayores, personas con discapacidad, niños y enfermos crónicos, en la citada semana de la última ola de aire subsahariano, más de la mitad, el 53 por ciento, se escapaba de ese perfil. No tenía ninguna patología previa, ni era menor de edad ni mayor de 65, de acuerdo a los datos facilitados por la Consejería de Sanidad de Castilla y León.

Perfil de los afectados

A grandes rasgos el perfil mayoritario corresponde al de un varón de una media de 42 años sin factores de riesgo. No obstante, también son numerosos los que sufrían alguna patología, como sobrepeso, diabetes o cardiopatías, el 28 por ciento del total.

En la mitad de los pacientes no se destaca en el informe una causa favorecedora del golpe de calor. En los supuestos en los que ésta sí fue identificada, la mayoría tuvo una exposición prolongada al sol previa a su asistencia sanitaria. En estos casos, la media de edad baja hasta los 30.

Estar mucho tiempo en la calle o tratar de lucir moreno no fueron, no obstante, las únicas causas que llevaron a decenas de personas al hospital en plena ola de calor. También los hubo que sufrieron una insolación mientras trabajaban en un puesto que obligaba a estar al aire libre y bajo un sol de justicia; los que no se asustaron ante los 38 grados que marcaba el termómetro y pusieron rumbo a Compostela, teniendo que cambiar el hostal de peregrinos por el hospital; o quienes practicaban ejercicio o actividades de ocio.

Por provincias, Burgos fue la que más pacientes contabilizó, con un veinte por ciento del total, seguida de Valladolid, con un 16 por ciento. Mientras que en Ávila sólo se contabilizó un paciente y en Zamora Salamanca y Palencia, fueron tres. Los centros de salud registraron más casos que los hospitales, y el 60 por ciento de las víctimas fueron atendidos fuera de la capitales de provincia.

Nueva ola

Si los termómetros habían dado una «tregua» en este fin de semana a Castilla y León a partir de este lunes se retomarán las altas temperaturas. Se prevé que hoy llegue una tercera ola de calor que deja a 18 provincias españolas en alerta, entre ellas una de la Comunidad, Ávila. Así, desde la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se avisa de que las temperaturas pueden alcanzar los 36 grados en el sur abulense. Mañana martes la alerta amarilla se extenderá también a Burgos y Soria, pero en este caso por tormentas.