Con Podemos a cuestas (y II)

La cuartilla electoral de Podemos ya comentada, tiene nueve promesas de esas que a algunos les sonarán muy bien, si no a música celestial por descreídos, al menos a paraíso comunista. Pero ya sufrirán las inevitables rebajas por irrealizables y demagógicas.

Si el sentido común de los canarios no lo impide, los podemistas ocuparán parcelas de poder, colocarán a sus comisarios políticos y ajustarán los sueldos públicos a su misión proverbial como nueva “casta” por el cambio. Nada nuevo, esto ya se vivió en 1982 cuando, con el mismo eslogan, se cambió la pana proletaria por el traje burgués de firma y se crearon más ricos en el PSOE que en sus 100 años de honradez anteriores. Quien no aprende de la historia, está condenado a repetirla.

Encabeza la lista de propuestas un “rescate ciudadano” para sacar de la pobreza a 58.000 familias, con una ayuda media de 600 euros. Es decir, que repartirán 34,8 millones mensuales, 417,6 al año, sin decir a cambio de qué. Porque quisiera suponer que no es regalar dinero sin pedir algún esfuerzo a los ayudados para salir de la pobreza por sí mismos. Sería aplicar lo del pez del chinito.

Las nueve propuestas de su decálogo, dice Podemos, podrán financiarse con sólo cinco medidas. Serán, sin sombra de duda, el bálsamo de Fierabrás del que habla Don Quijote, nunca mejor traída la metáfora porque de quijotismo iluso va la cosa. Mucho nos tememos que tantos “rescates ciudadanos”, no los llaman populares para no levantar la liebre entre los trabajadores, acaben con las clases medias, que son las que realmente soportan financieramente el estado de bienestar, no los ricos, que por desgracia y envidia de muchos son muy pocos y los demás somos legión.

Como no podía ser menos, repiten el mantra de que perseguirán el fraude fiscal y la economía sumergida, porque, según ellos proclaman, más de 11.000 millones de euros se pierden en Canarias. Bueno, al menos en lo que a la economía sumergida se refiere, el gobierno perderá la parte de impuestos que sea, pero los trabajadores se lo encuentran y lo gastan en esta tierra. Es un ejercicio de alegre inventiva fijar estas cifras de forma tan redonda y hacer demagogia populista con ellas.

Es de suponer que en sus célebres “círculos”, les habrán explicado a camareros, fontaneros, etc. que no declarar las propinas como ingresos a hacienda o no hacer facturas para no pagar IGIC, es ser defraudadores. Cada uno, en su medida, es un grano de arena que contribuye a formar la inmensa duna del fraude fiscal que pretenden combatir ellos y también todos los demás partidos políticos.

Dicen que recortarán dinero en asesores y en sueldos a políticos. “Ningún cargo público de Podemos cobrará más de tres sueldos mínimos”. Es razonable suponer que en ese paquete se incluye a las múltiples franquicias con las que se presentan en sociedad para diversificar la atención y hacer creer que son muchas organizaciones y muchas siglas, aunque en realidad sean uno.

Y si no fueran Podemos, sí podrán cobrar libremente lo que ellos mismos se estipulen como ajustado y conveniente al principio marxista “de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades”, no en vano su núcleo pensante se declara comunista con muchas necesidades.

Lo de cobrar según “mérito y capacidad” es una majadería liberal, no válida para las élites podemistas. Es de suponer también que eso se lo habrán explicado picado y menudo a Monedero o Errejón, para que den ejemplo y sirvan de pendón en el asalto al cielo. Bueno, el del asesoramiento bolivariano con minutas desmesuradas ya, al parecer, abandonó la formación. Nadie quiere confirmar si se está reconsiderando que las minutas, realmente, no son sueldos y por lo tanto se pueden cobrar sin violentar este primer punto programático de la cuartilla de marras. ¿Quién nos salvará de los salvadores?