El ingeniero Javier Manterola, en su estudio de Madrid, con los planos del segundo puente de Cádiz. :: LA VOZ
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Manterola no descarta que el parón pueda acarrear retrasos

El autor del diseño del puente y varios ingenieros destacan que no se puede perder un minuto a partir de ahora para cumplir el plazo

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los tres meses de retraso que acumula la obra del segundo puente pueden traer consecuencias futuras. Después del optimismo que ofrecía en su primer balance sobre la noticia de la reactivación de los trabajos, el autor del diseño del puente, el ingeniero Javier Manterola, prefería guiarse ayer por la prudencia. Preguntado por si el parón puede afectar a las fechas previstas, espetaba de modo tajante: «No puedo contestar, primero porque no lo sé, y segundo porque es algo que le corresponde a la Administración responsable».

En cualquier caso, Manterola asumió que el puente de La Pepa es «un puente muy grande, que costará hacerlo», razón por la que hace depender que este llegue a buen puerto «de la actitud de la Administración y de la contrata».

El responsable técnico del proyecto, que asegura que por su parte «está hecho casi todo, salvo que surja algún inconveniente durante la construcción», valora que «es evidente que una interrupción como la ocurrida retrasa una obra», aunque mostró su esperanza en que «esa posibilidad no se produzca».

Distintos ingenieros consultados por este periódico se alineaban en la misma tesis de Manterola. La reactivación de obra no es inmediata. Los resposnables de algunas subcontratas señalaron a LA VOZ en su día que la vuelta al tajo no es inmediata, ya que se necesita, al menos, un mes para firmar los contratos de los obreros despedidos y un plazo prudencial para transportar la maquinaria que se retiró tras la paralización de la obra.

Así, el ingeniero Indalecio Pérez alude a los cuatro meses de adelanto que llevaba la obra. El proyecto del puente se encuentra al 60% de sus ejecución y la intención, antes del frenazo ordenado por Dragados, era abrirlo al tráfico en novienmbre de 2011, cuatro meses antes de lo previsto. Sin embargo, esta ventaja en el tiempo juega ahora en favor de la obra. No obstante, Indalecio Pérez destaca que no se puede perder un minuto a partir de ahora, de lo contrario, será difícil llegar a marzo de 2012.

Pero la aceleración de la obra no depende en exclusiva de la empresa Dragados. El invierno está a la vuelta de la esquina y la lluvia obligó el año pasado a paralizar durante semanas algunos tajos.

El ejemplo más claro de retraso por causas climatológicas lo encontramos en el nudo del Río San Pedro, que necesitó de casi cuatro meses más para drenar el agua que recibió del invierno. Este enlace se estrenó el pasado julio de forma provisional.

Las subcontratas han reconocido sin tapujos que el parón de la obra durante el verano ha sido fatídico, «ya que los turnos de trabajo se concentran desde primera hora de la mañana y no hay riesgos de lluvia». Igualmente, aludieron a la eliminación del turno de noche, «que ha supuesto un frenazo importante a las obras de las pilas en el mar». El ingenierio Indalecio Pérez selñala que los tres meses perdidos ya no se pueden recuperar.