Agentes iraquíes limpian de miembros de Daesh las afueras de Ramadi este domingo
Agentes iraquíes limpian de miembros de Daesh las afueras de Ramadi este domingo - AFP

Los terroristas de Daesh tienen en Irak unos 3.500 esclavos, la mayoría mujeres y niños

La ONU denuncia un posible «genocidio» por el que han muerto 18.800 civiles en 2015

Corresponsal en Jerusalén Actualizado: Guardar
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Naciones Unidas pone cifras a la limpieza sectaria y étnica que lleva a cabo Daesh desde su irrupción en la vida de los iraquíes, en el verano de 2014, y apunta al grupo yihadista como responsable de que el número de muertos el año pasado–18.800– se acerque al de los años de la guerra sectaria en el país (2006 y 2007). El último informe de la Misión de Asistencia de la ONU para Irak (Unami) y la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos denuncia asimismo que unas 3.500 personas «son retenidas actualmente como esclavos por Daesh, mayoritariamente mujeres y niños, que proceden principalmente de la comunidad yazidí, pero algunos también son de otras comunidades y minorías étnicas y religiosas».

La ONU ha verificado además informaciones que sugieren que entre 800 y 900 niños en Mosul han sido secuestrados para recibir entrenamiento militar y aleccionamiento religioso.

«Daesh no comenzó su trabajo en París o Beirut. Empezó con el pogromo de Irak de junio de 2014 con ataques a más de 2,5 millones de personas de diferentes religiones y etnias que coexistían desde hace siglos. Los cristianos fueron expulsados, los turcomanos y chiíes decapitados y las mujeres y niños yazidíes esclavizados», subraya la analista Maya Yahya en un artículo de opinión del diario «Al Hayat».

Los seguidores del «califa» Al Bagdadi imponen por la fuerza su visión rígida del islam, similar al wahabismo imperante en Arabia Saudí, en la que distinguen entre las llamadas «religiones del libro» (judíos y cristianos) y los politeístas como los yazidíes, a quienes les acusan de ser adoradores del demonio. Los primeros pueden salvarse si reconocen la superioridad del islam y pagan un «impuesto», aunque las condiciones que impone Daesh para la conversión son muy severas. Los segundos, sin embargo, solo pueden elegir entre escapar o morir.

Violencia «asombrosa»

Trece años después de la invasión de EE.UU. que acabó con la dictadura de Sadam Husein, los civiles iraquíes sufren una violencia que «sigue siendo asombrosa» y que dejó al menos 18.800 muertos en los primeros diez meses de 2015, según el informe de la ONU. A esta cifra hay que sumar 2,3 millones de nuevos desplazados internos en un país roto. «Incluso las obscenas cifras de víctimas no logran reflejar de forma precisa cómo sufren los civiles en Irak», lamentó el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Raad al Hussein, en un comunicado en el que aseguró que el informe «ilustra de lo que intentan escapar los iraquíes que huyen a Europa. Este es el horror al que se enfrentan en su tierra».

Los investigadores de la ONU se basan en testimonios de víctimas, supervivientes o testigos de violaciones de derechos humanos para detallar actos que «en algunos casos equivalen a crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y posiblemente genocidio».

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