Rusia podría establecer contactos con EE.UU. sobre la guerra en Ucrania en su visita a China

El encuentro en Pekín se produce por una conferencia sobre Afganistán en la que se verá si el gigante asiático ejerce de mediador o mantiene su ambigua posición en el conflicto bélico

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Lavrov con su homólogo chino Wang Yi Ministerio de Exteriores chino
Pablo M. Díez

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En su primera visita t ras la invasión de Ucrania, el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha llegado este miércoles a China, país al que Occidente ha pedido que medie con el Kremlin para detener la guerra. Oficialmente, el viaje de Lavrov no es por este motivo, sino para asistir a la cumbre de países vecinos de Afganistán que acoge China, pero la contienda estará sobre la mesa en las entrevistas paralelas al encuentro.

Para evitarle a las delegaciones la cuarentena de 21 días obligatoria en China y prevenir los riesgos del coronavirus, las reuniones tienen lugar en la ciudad de Tunxi , lejos de Pekín en la provincia oriental de Anhui. Tras su llegada, donde ha sido recibido por los ya habituales operarios pertrechados con trajes especiales de protección, Lavrov se ha entrevistado con su homólogo chino, Wang Yi.

Ambos representantes han intercambiado impresiones sobre la evolución de los acontecimientos en Ucrania. El ministro ruso ha asegurado que « Rusia está comprometida a reducir las tensiones y continuará manteniendo conversaciones de paz». Su homólogo chino, por su parte, ha reiterado el discurso oficial hasta la fecha, dirigiendo todas sus críticas hacia la «mentalidad de la Guerra Fría» y llamando a «responder a las preocupaciones legítimas en materia de seguridad», según ha recogido el comunicado oficial emitido a la conclusión por el Ministerio de Exteriores chino.

Wang Yi también ha celebrado que «las relaciones entre Rusia y China hayan resistido la prueba de la cambiante situación internacional, manteniendo la dirección adecuada en su progreso». Lavrov, por su parte, ha expresado su voluntad de «seguir fortaleciendo la coordinación estratégica al más alto nivel» y «promover un mundo multipolar, oponiéndose a las hegemonías».

Además de estas conversaciones bilaterales y de la conferencia ministerial sobre Afganistán, que incluye a Rusia, Pakistán, Irán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, China acoge una denominada «Troika Extendida» en la que también participa Estados Unidos. Su representante, Tom West, tendrá la oportunidad de verse con diplomáticos chinos, rusos y paquistaníes. Aunque su charla se centrará en Afganistán, puede servir para establecer contactos entre la Casa Blanca y el Kremlin sobre la guerra de Ucrania.

En este foro se comprobará si China ejerce de verdad como mediadora, como le reclaman con insistencia EE.UU. y la Unión Europea, o se limita a repetir sus ya rutinarios pero poco concretos llamamientos al diálogo y la negociación. Con su «amistad sin límites» reforzada tras la visita de Putin para asistir a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno a principios de febrero, Pekín se ha abstenido de condenar la invasión, que ni siquiera denomina como tal, y culpa a EE.UU. y la OTAN de «instigar» el conflicto . Cada vez más enfrentados a Occidente, tanto los medios oficiales chinos como sus redes sociales apoyan de forma más o menos clara a Rusia.

El encaje de bolillos chino

Pero, al mismo tiempo, el régimen asegura defender la soberanía e integridad territorial de Ucrania, situándose en un difícil y peligroso encaje de bolillos. Por miedo a verse arrastrado por las sanciones de Occidente contra Moscú, Pekín niega que vaya a prestarle ayuda militar, pero se erige en su salvavidas económico al seguir manteniendo sus relaciones comerciales bilaterales. La clave ahora es saber hasta dónde está dispuesta a llegar China para ayudar a su aliado, al que denomina «socio estratégico», y si quiere y puede ejercer algún tipo de presión sobre Putin.

La visita de Lavrov coincide con un momento en que se abre una tímida esperanza en que Rusia detenga su ofensiva , pero sobre la que pesan muchas dudas. Si su voluntad para la desescalada es verdadera, en China pueden abrirse algunas vías de diálogo muy importantes. Hace dos semanas, algunos medios estadounidenses informaron de que el avión de Lavrov se dirigía a China, pero se dio la vuelta en el camino por motivos aún desconocidos . En caso de ser así, no se sabe si Pekín intentaba mantener ciertas distancias con Rusia o si había entre bastidores alguna mediación que no llegó a fructificar. Todo ello se verá después de estos dos días de conversaciones sobre Afganistán que, ahondando en la mala suerte que tiene este país, han quedado eclipsadas por la guerra de Ucrania.

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