Obama y Cameron , ayer durante una rueda de prensa REUTERS

La relación Washington-Londres se atraganta con el Brexit

Mensaje de Obama a los británicos para que respalden la permanencia en la UE: «Europa no mengua la influencia británica; la fortalece»

CORRESPONSAL EN WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El presidente Obama echó mano ayer de un brindis, el de su antecesor Franklin Delano Roosevelt y el Rey Jorge VI de Inglaterra, casi un juramento eterno de amistad y colaboración que en 1939 sellaba la estrecha relación que ha unido al Reino Unido y Estados Unidos durante ochenta años de Guerra Mundial, Guerra Fría y amenazas terroristas. A las puertas de la segunda gran contienda, la que habría de unir a los dos países en el lazo trasatlántico más robusto de la historia, forjado también «con la sangre en los cementerios de ambos países», como recordaba Obama, Roosevelt se adelantaba ya a apuntar la «gran contribución» que el nexo iba a proporcionar a Europa y a todo Occidente. El Plan Marshall, Bretton Woods, Naciones Unidas, la OTAN, la Unión Europea… En un tiempo en que las instituciones y los políticos que las representan parecen ser sustituidos por las promesas populistas de otra forma de hacer el mundo nunca concretada, los partidarios de que el Reino Unido siga ligado al proyecto europeo no dejan de recordar el reguero de obras que todas las potencias occidentales han venido a alumbrar al mundo y a protegerlo de múltiples amenazas.

En esta línea de argumentación, el mandatario norteamericano, en un artículo publicado ayer por el «Daily TelegrapH» de Londres, no ocultaba la inquietud del primer país de la Tierra por que esa relación, y sobre todo los logros que atraído «en términos de desarrollo, bienestar y paz», se vean mermados en pocos meses. El llamado Brexit, la eventual salida del Reino Unido de la Unión Europea que los británicos pueden decidir el 23 de junio, ha venido a cruzarse en un camino de prosperidad que ahora amenaza con frenarse o, como mínimo, retomar un rumbo hacia lo desconocido.

Para Obama, la cooperación entre ambos países no puede dar los mismos frutos si el vínculo trastlántico

La relación de retos es tal que al inquilino de la Casa Blanca le cuesta trabajo pensar que en un momento de amenazas, el Reino Unido prefiera separar (se) en ver de unir, lo que resume con una frase con intención de sensatez: «Europa no mengua la influencia británica; la fortalece». Los yihadistas de Estado Islámico, la guerra y la ola de refugiados de Siria, la inestable Afganistán, el acuerdo sobre el cambio climático… Para Obama, la cooperación entre ambos países no puede dar los mismos frutos si el vínculo trastlántico entre Washington y Londres no tiene continuidad hasta París, Berlín o Madrid, como si hubiera que buscar una alternativa paralela. Incluso aun contando con que el presidente estadounidense no se ha caracterizado precisamente por su europeísmo…

Hace apenas unas semanas, en una entrevista publicada en la revista norteamericana «The Atlantic», Obama lanzaba reproches y dardos envenenados contra el primer ministro Cameron por su «escaso seguimiento de la Guerra de Libia, seguramente por estar ocupado en otras cosas». Un argumento de corresponsabilidad que extendía al entonces presidente francés Sarkozy, a quien acusaba de estar «más preocupado» por la comunicación que por la efectividad y el seguimiento de la campaña militar. Era el reconocimiento de un fracaso compartido, pero también el de dirigentes que pese a no haber logrado el éxito, asumen que deben seguir colaborando en pos de un bien común y duradero.

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