Más disturbios y detenciones tras el cierre de la cumbre del G20

Desde que el pasado jueves se iniciara la cumbre del G20, las protestas han sido la tónica habitual en la ciudad de Hamburgo. Incluso tras la clausura del encuentro entre líderes, los grupos izquierdistas han continuado provocando altercados: los últimos en el barrio de Schanzenviertel, a unos 300 metros del centro de congresos donde se ha llevado a cabo la cumbre.

La Policía ha informado de que se habían producido ya algunas detenciones en las inmediaciones de la casa ocupada por el colectivo antisistema "Rote Flora", el mismo escenario de los graves disturbios registrados estos días. Los incidentes empezaron sobre las nueve de la noche, tras producirse los primeros altercados entre grupos de jóvenes concentrados en el lugar y el continente policial que permanece en esa zona, con lanzamiento de botellas y otros objetos contra los agentes. En el momento de los disturbios había unos 1.000 jóvenes abarrotando la zona.

La Policía ha conminado a los jóvenes a abandonar el lugar, para no entorpecer sus operaciones destinadas a dispersar a los manifestantes identificados como violentos, quienes han levantado e incendiado barricadas y saqueado varios comercios, además de atacar a agentes con barras de hierro y otros objetos.

El balance de los disturbios, al cierre de la cumbre, era de 200 agentes heridos y 144 detenidos -y el mismo número de arrestados temporalmente-. Los afectados por los disturbios no fueron solo los miembros de la Policía, sino todo el vecindario, ya que el barrio apareció hoy como un territorio devastado.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el alcalde gobernador de la ciudad, Olaf Scholz, condenaron los actos de violencia, al tiempo que anunciaron indemnizaciones para los ciudadanos afectados por los daños ocasionados, sea en sus comercios, hogares o automóviles.

Estos hechos contrastan con la marcha pacífica contra el G20 que también se ha celebrado este sábado en Hamburgo, congregando a unos 70.000 manifestantes.