Morales celerba la victoria junto a su esposa, Hilda Marroquin
Morales celerba la victoria junto a su esposa, Hilda Marroquin - AFP
Los guatemaltecos castigan a los políticos tradicionales

Guatemala elige presidente a un cómico para poner coto a la corrupción

Jimmy Morales es, además de famoso artista, un conservador sin experiencia política

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No es ninguna broma, repiten con insistencia. El nuevo presidente de Guatemala es un famoso cómico de 46 años sin experiencia en política. Ese al que los guatemaltecos han visto de animador en televisión durante más de una década, será desde ahora la primera autoridad del país. Y, además, ha arrasado en las urnas en la convocatoria del domingo.

Como si de un sketch se tratase, Jimmy Morales ha tomado las riendas del país para tratar de frenar la corrupción, la pobreza y la inseguridad. El derechista Frente de Convergencia Nacional (FCN), se hizo con casi el 68 por ciento de los sufragios. Dejó muy lejos a la que fue primera dama,Sandra Torres, de centro izquierda, que competía con Morales.

El nombre del cómico se suma a la lista de colegas artistas que con anterioridad dieron también el salto a la política aupados por su popularidad más que por su experiencia en la gestión de los asuntos públicos. Ahí estuvieron los estadounidenses Ronald Reagan y Arnold Schwarzenegger, el filipino Joseph Estrada, el haitiano Michel Martelly o los italianos Beppe Grillo y Cicciolina.

No cabe duda de que el enfado popular con la clase política tradicional ha jugado en contra de Sandra Torres y, al mismo tiempo, ha catapultado a Morales. «Grascias por este voto de confianza. Mantengo mi compromiso con dios y con el pueblo de Guatemala», dijo en su primera comparecencia en la que dejó claro que piensa plantar cara a la corrupción.

De hecho, el lema de campaña de este padre de cuatro hijos ha sido «ni corrupto, ni ladrón», en un intento de apartarse del clamor popular que reclamaba un golpe de timón en las estructuras de poder del país. El ex presidente Otto Pérez Molina se vio obligado a dimitir en medio de un enorme escándalo de corrupción. Desde el pasado mes de septiembre permanece bajo arresto domiciliario. Frente a esos políticos percibidos como expertos en manejar las cloacas del poder, la inexperiencia de Morales ha sido vista como un signo de honestidad por los votantes. Todo aliñado con sus dotes comunicativas.

Reír, sí; llorar, no

Algunos como Sandino Asturia, analista del Centro de Estudios de Guatemala, no ve en Molina y su formación política una «estructura de partido sólida», como señaló tras la celebración de la primera vuelta electoral.

«Durante veinte años os he hecho reír. Yo os prometo que si llego a presidente no os voy a hacer llorar», dijo Morales durante la campaña. Le queda cumplir lo prometido.

Ver los comentarios