Hillary Clinton hizo una parada este martes en un café de Minneapolis, donde conversó con una joven de origen somalí
Hillary Clinton hizo una parada este martes en un café de Minneapolis, donde conversó con una joven de origen somalí - Reuters

Clinton asume que su rival será Trump y busca su desgaste

La aspirante demócrata intenta evitar que el político republicano consolide su imagen con vistas a la elección presidencial

Corresponsal en Washington Actualizado: Guardar
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La triunfante noche electoral de Hillary Clinton en Carolina del Sur, el pasado sábado, no sólo reforzó su carrera hacia la nominación demócrata. También supuso un giro en su estrategia electoral. Nunca como entonces el discurso de la exsecretaria de Estado había sonado tan nacional y tan presidencial: «En lugar de construir muros, lo que necesitamos es construir barreras», proclamó, en su primera respuesta frontal a Donald Trump.

Y lo reforzó en el cierre de campaña para el Supermartes: «Espero que vayáis a votar pensando en quién está preparado para ser vuestro comandante en jefe». Nada de improvisación. Sin hacer de menos a Sanders en las primarias, Clinton está ya en campaña para la elección presidencial de noviembre, en la que su equipo trabaja desde hace semanas, asumiendo que el magnate obtendrá la nominación republicana.

El objetivo de la favorita demócrata es desgastar al polémico millonario y reforzar su imagen negativa entre amplios sectores de la población, antes de que se consolide como uno más de los respetables candidatos a la Presidencia de Estados Unidos.

Si alguien conoce bien a Donald Trump es el matrimonio Clinton, beneficiario de sus donaciones en algunas campañas electorales e invitado de honor en su última boda, con Melania (Nueva York, 2006). Precedentes que han llevado al expresidente Bill Clinton a arrojar realismo a un entorno demócrata que contemplaba una elección entre Hillary y el magnate como un paseo triunfal. Ayudados por el vicepresidente Joe Biden, quien celebró hace poco con ironía el auge de Trump como «una ayuda republicana para ponernos fácil la próxima elección», y por la sucesiva serie de encuestas que sitúan a Hillary Clinton por delante, la confianza se han instalado en los cuarteles generales demócratas.

Clinton valora la habilidad de Trump de conectar con las capas de la población más «enfadadas» y de dominar el ritmo de las televisiones

Pero los Clinton no se fían. Haciendo buena la máxima de que «no hay mayor mal que menospreciar al enemigo» ( «El arte de la guerra», Sun Tzu), el expresidente ha convencido al equipo de campaña de que se avecina una dura y reñida elección. Clinton valora sobremanera la habilidad del polémico showman de conectar con las capas de la población más «enfadadas» y de dominar a la perfección el ritmo de las televisiones, como ha demostrado hasta convertirse en favorito en el proceso republicano de primarias. El gobernador de Connecticut, el demócrata Dannel P. Malloy, refuerza la tesis del expresidente: «Trump es formidable manejando las ansiedades de los votantes, y será implacable con Hillary Clinton».

El plan que ya ejecuta la futura nominada demócrata consiste en amplificar sus defectos. Aquellos que le enfrentan con sectores especialmente castigados por sus diatribas: las mujeres y los grupos de afroamericanos e hispanos. Su actitud de desprecio hacia rivales en la carrera, como Carly Fiorina, o hacia periodistas, como Megan Kelly (Fox News), ha acentuado su imagen de misógino. Las mujeres urbanas serán el principal destinatario de los mensajes de campaña de Clinton. El anuncio de un muro en la frontera con México y de deportaciones masivas de inmigrantes, junto con su reciente comprensión hacia el Ku Klux Klan, enfrentan a Trump con las minorías, que en la elección presidencial serán decisivas. Para acelerar la eficacia de los mensajes, los Clinton han tocado corneta a numerosos aliados y donantes, que airearán esa mala imagen. El discurso amable y en positivo quedará en boca de la aspirante a ser la primera presidenta de Estados Unidos.

Según precisaba este martes el diario «The New York Times», la estrategia del equipo de campaña de Clinton buscará presentar a Trump como un ejecutivo sin principios que «se ha aprovechado de la misma clase trabajadora a la que apela», y subrayará su «temperamento explosivo», que demuestra que no está capacitado para ser el comandante en jefe.

Jóvenes e hispanos

Tampoco es casual que Obama, celoso de preservar su legado, haya lanzado serios avisos ante la posibilidad de que Trump sea el nominado republicano, y pueda llegar a la Casa Blanca. Además de confiar en «la sabiduría del pueblo americano» para elegir presidente, recordó hace unos días que el comandante en jefe «tiene consigo los códigos nucleares y la capacidad de llevar a la guerra a un chico de 21 años».

El siguiente paso del equipo de campaña de Clinton apuesta por reforzar el voto de los jóvenes y los hispanos. A los primeros se refirió expresamente la candidata la noche de la victoria en Carolina del Sur. Es el grupo de población que más se le resiste, mucho más partidario de Sanders. Con los segundos se hará un mayor esfuerzo, después de que en los caucus de Nevada venciera Sanders por ocho puntos. Aunque las últimas encuestas nacionales muestran que entre los hispanos, Clinton derrotaría hoy a Trump por amplia diferencia.

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