Raúl Castro y Obama, este martes, en la Asamblea General de Naciones Unidas
Raúl Castro y Obama, este martes, en la Asamblea General de Naciones Unidas - reuters

Obama pide más reformas a Cuba para acabar con el embargo

La Habana acusa al presidente de no usar su poder para poner fin a las sanciones

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Barack Obama y Raúl Castro volvieron a escenificar este martes la recuperación de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Su segunda reunión desde que ambos países anunciaran la voluntad de restablecer sus relaciones diplomáticas no acabó, sin embargo, con grandes avances en los asuntos más problemáticos: el fin del embargo y el respeto a los derechos humanos y las reformas democráticas en la isla. Tras el encuentro, celebrado este martes en la sede de la ONU, la Casa Blanca comunicó que los mandatarios discutieron los «avances» en las relaciones diplomáticas entre ambos países y los «próximos pasos» que cada Gobierno puede dar para profundizar su cooperación bilateral.

Castro insistió en que el fin del embargo -además de otros exigencias, como la salida de EE.UU.

de Guantánamo- es la condición para recuperar relaciones diplomáticas plenas. Tras el encuentro, el ministro de Exteriores cubano, Bruno Rodríguez, fue más allá y recriminó a Obama que si usara sus «facultades ejecutivas» podría «modificar sustancialmente» buena parte del embargo económico.

Acciones limitadas

Rodríguez aseguró que las acciones tomadas durante los últimos diez meses por la Administración Obama «tienen un valor muy limitado» y «no tocan ningún hecho significativo». Desde la Casa Blanca, se pone el balón en el tejado cubano: el presidente de EE.UU. subrayó ante el líder castrista que «las reformas continuadas en Cuba incrementarían el impacto de los cambios regulatorios efectuados en EE.UU.»

Obama reiteró su «apoyo a los derechos humanos en Cuba», una cuestión que no mencionó Castro ni en su discurso el día anterior ni en su reunión con el presidente estadounidense -Bruno Rodríguez sí lo hizo para criticar «la brutalidad policial contra la población afroamericana» y para mostrarse «orgulloso» de la trayectoria de Cuba en este ámbito.

Un avance en las reformas democráticas en la isla es lo que facilitaría al Congreso de EE.UU. -de quien depende el levantamiento del embargo- acabar con el mismo. El senador republicano y candidato a presidente Marco Rubio, exigió a Obama que mantenga una posición contraria al fin del embargo en la votación en la Asamblea General de Naciones Unidas, que tendrá lugar el próximo 27 de octubre (el año pasado, 188 países votaron a favor de su levantamiento), después de los rumores de que EE.UU. se abstenga en la votación. «Independientemente de sus creencias, el embargo de EE.UU. a Cuba está tipificado en la ley de EE.UU.», dijo Rubio. «Cualquier desacuerdo sobre esa ley debe ser debatido en el Congreso de EE.UU., no en las Naciones Unidas».

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