Cartel con la cara de «El Chapo» en una parada de autobús en México
Cartel con la cara de «El Chapo» en una parada de autobús en México - AFP

México no se cree la versión oficial sobre la fuga de «El Chapo» Guzmán

Las dudas sobre cómo fue la huida de prisión del narcotraficante crecen en una sociedad que achaca a la corrupción la falta de seguridad

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Todo el mundo conoce la versión oficial sobre la fuga de Joaquín «El Chapo» Guzmán: salió de su celda a través de un agujero ubicado en un punto ciego, allí donde la cámara de seguridad que le grababa 24 horas no apuntaba; recorrió un túnel de más de un kilómetro y medio perfectamente iluminado a más de 19 metros de profundidad y, finalmente, podría haberse marchado hasta Sinaloa, donde habría encontrado refugio con familiares y secuaces, según la DEA.

Todo el mundo conoce la versión oficial. Pocos la creen. Ya no se trataría sólo de que el 44,1 % de los mexicanos achaque la fuga al problema endémico de la corrupción, o de que el 16 % lo atribuya a la «ineficacia del gobierno»

–más allá de que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, «asumiera la responsabilidad de la huida»–. Sería, sobre todo, un problema de confianza.

Una encuesta publicada por El Universal a finales del mes de julio revelaba que el 80% no confía en la versión que el Gobierno mexicano dio sobre la famosa fuga, siendo sólo un 16% de los encuestas los que consideraron como verdadera la explicación oficial.

Las dudas crecen si desde las propias instituciones se siembran las sospechas: el secretario de Gobernación de México, Miguel Ángel Osorio Chong, que es también el máximo responsable de la seguridad nacional dijo tras conocerse la fuga que « 'el Chapo' tuvo que haber contado con complicidad de personal o funcionarios del centro penitenciario de El Altiplano; de confirmarse, constituiría actos de corrupción, deslealtad y traición a los mexicanos, a la institución y a las fuerzas federales que arriesgaron su vida para capturarlo».

De las encuestas que se han ido publicando en el país americano destacan algunas cifras que rozan la teoría de la conspiración. Un 6% de los preguntados considera que la fuga es «una distracción del Gobierno». Además, hay un 2% que llega a sospechar que el narcotraficante nunca estuvo preso. Lejos de conspiraciones se pueden leer datos que explican lo infiltrado que está el mundo de los cárteles en el país.

Un 51% asegura que no colaboraría con las autoridades dando información que pudiera ayudar a atrapar a «Chapo» Guzmán, ni con la cuantiosa recompensa de cinco millones de dólares que ofrecen. Los motivos son diversos: un 58% piensa en las represalias que podría tener, un 6% cree que no serviría de nada y un 5% no ayudaría porque duda de que el gobierno lo delate.

Asusta ver las cifras del estado donde Guzmán tiene su centro de operaciones y donde podría estar escondido: Sinaloa. Allí uno de cada tres habitantes considera que el capo de la droga hace «poco o nada» de daño a la sociedad, mientras que un 19% tiene una «muy buena o buena» imagen de él, frente un 20,1 % que tiene una percepción negativa, según informó Efe.

Ante esta pregunta, sorprende que casi la mitad -48,7 %- de los sinaloenses dicen no saber de quien se trata. Según el director general de Gabinete de Comunicación Estratégica, Federico Berrueto, al comentar la encuesta, esto tiene que ver con el miedo de los sinaloenses cuando se les pregunta por el narcotraficante.

Ver los comentarios