La líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon
La líder del Partido Nacional Escocés (SNP), Nicola Sturgeon - reuters

El nacionalismo escocés ya empieza a insinuar un nuevo referéndum

Una diputada del SNP pregunta al Gobierno qué hará si el Gobierno de Escocia le reclama otra consulta el próximo año

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

No se ha cumplido un año todavía desde el referéndum de Escocia, celebrado el pasado septiembre, y los nacionalistas comienzan a tocar la música de una nueva consulta, a pesar de que habían prometido que con la anterior el debate quedaba zanjado «para una generación». La diputada nacionalista Margaret Ferrier ha presentado en el Parlamento de Westminster una doble pregunta al ministro para Escocia, en la que le plantea qué hará el Gobierno de Londres si tras las elecciones escocesas del próximo mayo el nuevo Ejecutivo de Escocia pide una segunda consulta. También le pregunta si existe algún tipo de preparativo para que los funcionarios puedan hacer frente a esa eventualidad.

Los separatistas perdieron por un rotundo 55-45. Pero la dura campaña del referéndum y su ocupación de la calle en Escocia les otorgó una enorme notoriedad.

Si a ello se une que la nueva primera ministra, Nicola Sturgeon, es una sólida dialéctica, el resultado es su espectacular victoria en las pasadas elecciones generales, donde lograron 59 de los 59 escaños con que cuenta Escocia en la Cámara de los Comunes.

Formalmente Sturgeon asegura que una nueva consulta rupturista no está en su horizonte inmediato. Pero algunos de sus compañeros empiezan a comentar que podría incorporarse a las promesas del manifiesto del SNP para las elecciones escocesas. Se espera que los nacionalistas arrasen en esos comicios. Una encuesta acaba de darles el 60% de los votos, 40 puntos por delante de los laboristas, que eran el partido hegemónico tradicionalmente en Escocia (los conservadores son allí una fuerza residual).

El número dos del Gobierno de Sturgeon, Stewart Hosie, ha manifestado que también podrían pedir también un nuevo referéndum si el Gobierno de Cameron remolonea con la transferencia de más poderes para Escocia, que prometió en la campaña de la consulta cuando parecía que peligraba el resultado. Otro argumento que esgrimen los separatistas para volver con los cantos de una nueva consulta es el referéndum sobre la continuidad del Reino Unido en la UE. Escocia es más europeísta que Inglaterra y razonan que si el Sur decide irse ellos preferirían separarse del Reino Unido y seguir en Europa.

A pesar de que está ya incumpliendo las promesas de Sturgeon y Alex Salmond de que el referéndum de septiembre de 2014 zanjaba la cuestión «para toda una generación e incluso para toda una vida», lo cierto es que el nacionalismo escocés observa una lealtad institucional que en nada se parece a la insumisión de Artur Mas. Proponer saltarse la legalidad vigente se vería en el Reino Unido casi como una alocada excentricidad quimérica.

Ver los comentarios