Marambay, diversión con vistas y un restaurante frente al mar

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Héctor Bouzo lo tuvo claro. Unos terrenos en pleno Parque Natural de la Bahía de Cádiz, con una casa salinera en ruinas y un antiguo molino de mareas del siglo XVIII, eran un diamante por pulir. Y se puso manos a la obra. Tras una importante inversión, este ingeniero isleño inauguró el 10 de agosto del pasado año Marambay. De momento, la parte visible es principalmente el restaurante, pero el proyecto pasa por la acuicultura, el turismo y otro tipo de actividades de ocio.

Carril de entrada a Marambay, con la casa salinera al fondo de la imagen.

Sobre una superficie de 40 hectáreas junto a la autovía que une Cádiz y San Fernando, siete de ellas privadas, Bouzo obtuvo la concesión para 75 años.

No lo tuvo fácil, recuerda, por las diferentes trabas burocráticas, pero finalmente pudo poner en marcha la primera parte de su proyecto. El primer desembolso importante fue en limpieza. La casa salinera llevaba décadas abandonada, y los esteros alrededor estaban igualmente repletos de basuras. El cambio ha sido notorio.

La casa salinera donde se ubica el restaurante Marambay, vista desde los esteros.

El cartel de entrada a Marambay, cuyo nombre es el Mar de gaditanas maneras, anuncia diversión con vistas que son, dicho sea de paso, espectaculares. Incluso en el mismo día son distintas, ya que la subida y bajada de la marea cambia por completo el escenario.

La casa salinera alberga el restaurante. Debidamente reformada, en la parte superior tiene una terraza y un salón interior donde se muestran con regularidad diversas exposiciones artísticas. En el exterior, pronto se instalará un sistema de sombrillas que proteja del sol, siendo además resistente al viento.

La antigua casa salinera.

La parte inferior está ocupada por un salón multiusos muy amplio, mientras que un pasillo marca la distancia entre la zona de barra y cocina y el resto del restaurante. En el exterior, más mesas, que se ubican a un lado o a otro dependiendo de la dirección del viento.

Equipo humano

Pero para llevar a cabo este proyecto, Héctor no podía caminar solo. Marta González es la directora comercial; María Ramírez es la gerente; Carmen Doello es la jefa de cocina, mientras que Antonio Rivero es el biólogo que está sacando rendimiento a los esteros y, próximamente, también a la salina.

De izquierda a derecha, Carmen Doello, Héctor Bouzo, Marya Ramírez y Antonio Rivero.

Antonio tiene mucho trabajo por delante, y de su labor se surtirá en un futuro la cocina de Carmen. De momento, las ostras y los camarones son de allí mismo, y pronto esperan estar bien surtidos de lubinas, doradas y también langostinos. Eso sí, las algas crecen ya en sus aguas: salicornia, lechuga de mar y otros tipos que luego aparecen en sus platos como ingredientes relevantes o como guarnición.

Las ostras de Marambay.

Marambay abre también para desayunos, y con la llegada del buen tiempo comienza a estar también disponible para las cenas. En su carta tampoco faltan las tortillitas de camarones que previamente nos ha enseñado Antonio en una nasa. Algunos de un tamaño considerable, al igual que las tortillas, servidas en una caja de madera.

Las tortillitas de camarones.

Estando en un entorno como el Parque Natural, rodeado de esteros y del mar, no es de extrañar que el mar y sus productos copen gran parte de la oferta de Marambay. En nuestra visita, Carmen Doello preparó un revuelto de salicornias, alga que también usó luego como acompañamiento con la lubina, en este caso fritas.

Revuelto de salicornia.

Aunque el pescado predomina en las diferentes secciones de la carta, también hay amplio espacio para la carne, con jamón y lomo ibérico para compartir o chicharrones, también de atún. Canelones rellenos de marisco con bechamel de kimchi, musaka de rabo de toro y el guiso de carrillada ibérica al Px son algunas de las especialidades. También hay platos para veganos.

Lenguados fritos.

Y para concluir, no puede faltar el postre. Entre ellos, la tarta banoffe, la crema de tocino de cielo y yogur griego o el cremoso de chocolate. Además, la tarta del día.

La carta de vinos de Marambay también es amplia, con numerosas referencias. Muchas de ellas son de la provincia de Cádiz, tanto en generosos como blancos y tintos, pero abundan igualmente otras denominaciones nacionales e internacionales.

La tarta banoffe.

Marambay acaba de echar a andar. El proyecto comenzó con el restaurante el pasado año, pero lo mejor está aún por llegar. Las posibilidades de los esteros y las salinas hacen que este espacio, abandonado durante décadas, tenga ahora un futuro gastronómico, turístico y medioambiental totalmente sostenible. Por si fuera poco, en un entorno envidiable.

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