Vinos de Jerez con polvorones y mantecados de Estepa. ¿Quién dijo miedo?

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Las bodegas Álvaro Domecq acogieron una llamativa cata maridaje en un acto encuadrado dentro de la International Sherry Week. Los vinos de la bodega jerezana tuvieron como acompañantes los productos del Consejo Regulador IGP Mantecados y Polvorones de Estepa (Sevilla). Cinco vinos y cinco pequeñas delicias estepeñas. Perfecta combinación con los estandartes de uno y otro municipio y que se celebraba por segunda vez.

El presidente del Consejo Regulador, José María Fernández, representó en la mesa presidencial al municipio estepeño. Por parte de la bodega estaba su enóloga, Ana Real, que fue además la encargada de elegir los vinos y los mantecados que, en su opinión, mejor maridaban con ellos. Fernández recordó en una de sus intervenciones que son 18 las empresas encuadradas en el Consejo, con el polvorón y las distintas variedades de mantecado como productos.

Una treintena de personas disfrutó de la cara maridada de vinos de Jerez con el polvorón y los mantecados de Estepa.

Precisamente el polvorón de almendra fue el primer bocado que probaron los treinta asistentes a la cata. De forma ovalada, diferente a la circular de los mantecados, el vino elegido por Ana Real fue el Fino en Rama 1730, “seleccionado de las veinte mejores botas de solera y con una edad media de entre ocho y nueve años”.

El siguiente vino, un Oloroso Alburejo, con una edad media de quince años y de color castaño oscuro, con matices ámbar y una intensa nariz. Aterciopelado en boca, el mantecado de canela fue su acompañante. El presidente del Consejo recordó que “esta es la receta más antigua que tenemos, de casi dos siglos. La canela que se usa debe ser la de cinco ceros, que es la de mayor calidad. Nosotros la molemos y es muy diferente a la que se consume en rama”.

Los vinos y mantecados catados en Álvaro Domecq.

Aún con el regusto de la canela y el oloroso en la boca, el Amontillado 1730 VORS y el mantecado de coco componían la tercera pareja. La edad del vino se hacía patente en sus reflejos verdosos, aportado por la madera cuando se supera aproximadamente la veintena de años, según explicó la enóloga de Álvaro Domecq. En cuanto al mantecado, en este caso concreto se boleó y se le redujo la harina y la manteca para dar mayor fuerza al coco.

Cinco vinos y cinco productos de Estepa protagonizaron la jornada.

Llega el turno de los vinos más dulces, caso del Cream, que maridó con el mantecado de aceite de oliva virgen extra, ya que si llevara en su producción otro tipo de aceite no se recogería dentro del Consejo Regulador. La manteca de cerdo se sustituye por el aceite, “por lo que es válido para veganos. Para mí, es el mejor que tenemos”, afirmó José María Fernández.

El punto final lo puso el Pedro Ximénez y el mantecado de limón. Este vino de 1998 “es el más joven de la bodega, con una edad media de cuatro a cinco años porque queremos que conserve los aromas frutales. Con mucha densidad, tiene 400 gramos de azúcar por litro”. El mantecado, por su parte, “está hecho con la ralladura del limón”, diciendo finalmente la enóloga que lo había seleccionado “porque sus aromas cítricos contrastan muy bien con la pasa”.

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