González Byass presenta la Saca 2021 de la Colección Tío Pepe Finos Palmas

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González Byass ha presentado la Colección Tío Pepe Finos Palmas 2021, a la que han denominado la selección del resurgimiento. Dicen desde la bodega jerezana que “la normalidad frente a la pandemia se va consolidando poco a poco, creando un marco que permite abrir una ventana a la esperanza. Un escenario en el que hacen su entrada cuatro vinos de Jerez únicos y que demuestran hasta dónde puede llegar la crianza biológica y el potencial de la variedad Palomino Fino”.

“Limpieza, finura y delicadeza en el aroma” son las características organolépticas que, como define Manuel María González-Gordon en el libro “Jerez-Xerez-Sherry”, distinguen a los Finos Palmas. Unos rasgos que Antonio Flores, el enólogo de González Byass, muestra en cada saca de estos vinos de Jerez recuperados del pasado.

La Colección Tío Pepe Finas Palmas con la icónica veleta de González Byass. | Foto: Cedida.

Y es que, desde hace 11 años, el enólogo ha recorrido el interior de estas bodegas para descubrir, a través de la labor de selección y clasificación, aquellas botas en las que el vigor de la “flor” ha otorgado un intenso carácter al Fino. Una labor en la que siempre le han acompañado una destacada figura del mundo del vino. En esta ocasión, el británico Olly Smith ha sido el compañero de viaje en esa búsqueda de los vinos que reflejaran la vitalidad de la crianza biológica, su capacidad de resistencia, así como su fantástica evolución en la bota.

La Colección Tío Pepe Finos Palmas 2021 representa el estilo de González Byass y expresa, en cada Palma, la evolución de Tío Pepe. Los Palmas de este año “son un recorrido por la consistencia, el esplendor y la decadencia de la flor. Son una clase magistral de la crianza biológica a través de Una, Dos y Tres Palmas y que culmina con el Cuatro Palmas, un Amontillado Viejísimo que concentra lo mejor de la bodega y de Jerez”.

De Una Palma se producen 3.000 botellas, procedentes de las botas número 11, 84 y 90 de la Gran Bodega Tío Pepe. Los 6 años de crianza bajo un intenso manto blanco de flor otorgan a Una Palma las características propias de la crianza biológica: frutos secos, panadería, talco y una agradable sensación sápida final.

Antonio Flores, enólogo de González Byass, con la botella del Cuatro Palmas, en imagen de archivo. | Foto: Francis Jiménez.

Con mil botellas menos, la Dos Palmas procede de las botas número 87 y 76 de la Solera de un Fino de la larga crianza que mantiene su línea de expresión intacta. Ocho años de crianza para ofrecer un Fino viejo intenso, equilibrado y envolvente.

Tres Palmas, con 1.000 botellas, es un vino Fino Amontillado llevado al límite. Diez años de crianza biológica son testigo de la cesión a la oxidación más elegante. Un vino grande que resulta una experiencia irrepetible procedente de una sola una bota, la 33.

El Cuatro Palmas llega a las 500 botellas, con 52 años de envejecimiento para este viejísimo Amontillado que “ha alcanzado la gloria”. Finura, elegancia y mil adjetivos más para este Cuatro Palmas. Una sola bota, la número 3, guarda este vino que no requiere nada más que tiempo para su disfrute.

¿Qué son las Palmas?

Las Palmas son denominaciones que, como define Manuel María González-Gordon en el libro “Jerez-Xerez-Sherry”, se aplican a aquellos vinos finos de Jerez que se distinguen notablemente por su limpieza, finura y delicadeza en el aroma, y el número de palmas es proporcional a su grado de vejez. Estos vinos son el resultado de la ímproba labor de selección y clasificación por tiempo de vejez y finura de los mejores finos que se viene llevando a cabo desde el año 1880.

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