Bodeguita Mi Pueblo, un bar muy vivo por obra y arte de Paco Medina

Desde que la Bodeguita Mi Pueblo abriera en la parte alta de Olvera, Paco Medina, su propietario, siempre ha ido contracorriente y ha sido fiel a sí mismo: “Quiero mantener el espíritu que se tiene con 18 años”, dice, “no estar satisfecho con nada y siempre pensar en cosas nuevas. El bar tiene que estar vivo. Si no, me aburro”.

Así empezó en 1991, entonces con tapas frías, jamón, queso y chacinas. “Pero como yo no paro, compré una vitrina de barra y puse una tapita de ensaladilla de patatas con atún desmigado y mayonesa, el capricho patateril, le llamé. Junto con el pastel de tortilla, siguen en carta desde los inicios. A mí la cocina me gustaba, y a partir de ahí me fui metiendo en camisa de once varas”.

Poco a poco, la carta fue creciendo, y el bar cambió de ubicación. Primero, al antiguo bar Manolo, donde ahora está La Tarara que, por cierto, es de su hijo Gaby Medina, junto con Juan Antonio García. En 2008, con la crisis, se trasladó a un local aún más grande, “a ver si salíamos del apuro”, recuerda Paco. Pero luego se le presentó la oportunidad de hacerse con un espacio en el bajo del número 2 de la Cañada Real. “Lo decoró un amigo de mi hija y aquí estamos desde 2015”.

Mirando hacia atrás, todo parece más fácil, como si no hubiese habido esfuerzo. Pero en el caso de Paco ha costado “sangre, sudor y lágrimas. Poner tapas, en Olvera, con el nombre de capricho patateril o pastel de tortilla, era algo que muchos no entendían. Aquí no se salía de lo más tradicional, pero nunca di mi brazo a torcer. Siempre he sido el que iba en contra. Me siento orgulloso, ya hay quien dice hasta que he creado escuela”, comenta entre risas, y es que es complicado hablar con Paco y que no esté riendo.

Bodeguita Mi Pueblo tiene entre unas ocho mesas, con barril y barra también para tomar algo. Paco es quien cocina y crea los platos, pero tiene el apoyo de dos personas como son su mujer, Lola, y Celia. “Sin ellas, sería mucho más complicado sacar todo adelante. Son extraordinarias y forman un equipo espectacular”.

En su carta, Paco destaca que “solo tenemos vinos de Cádiz. Lo decidí en 2018, y eso incluso me llevó a perder clientes. Pero, por suerte para mí, cada vez tenemos más referencias en la provincia, y muchos de esos que se fueron, volvieron a probar los vinos gaditanos”. Entre ellos, Ambrosio Nature, ecológico de Olvera, y bodegas como Barbadillo, Primitivo Collantes, Miguel Domecq, Forlong, Tesalia, la Cooperativa de Trebujena, Cortijo de Jara, 7 Mil Pasos y Luis Pérez.

Ganador del Chef Sierra de Cádiz

En cuanto a comida, además del capricho y el pastel de tortilla, Paco destaca su sangre con tomate y los callos de ternera en cuanto a cocina tradicional. Algo que no se le da nada mal. La tradición, quiero decir. De hecho, en la cuarta edición del Chef Sierra de Cádiz venció en esa categoría con sus castañuelas ibéricas acompañadas de galletitas semi crujientes de sopas pegás de espárragos. “Eso fue la mayor alegría de mi vida profesional. Desde El Rosalejo, donde se celebró la final, hasta Olvera, iba llorando. Iba con mi amigo Paco Perejil, que me decía que no llorara más, que si no también lo haría él”, recuerda entre risas pero también con gran emoción.

En cuanto a tapas más creativas, los langostinos Mi Pueblo es la más vendida. Se trata de una versión de las gambas al ajillo pero con una salsa muy especial. Tanto, que Paco no se la revela a nadie. Ni a su hijo. “A Gaby y Juanan les regalé un libro con mis recetas, pero cuando llegaba a explicar la salsa de los langostinos, les escribí ‘no me acuerdo’. Pero vamos, se la daré antes de que me vaya para arriba”, comenta de nuevo riendo. En este reportaje pueden ver una buena muestra de la oferta de Bodeguita Mi Pueblo, y pueden consultar la carta completa entrando en este enlace.

Pero claro, no se pueden dejar atrás sus croquetas, de distintos sabores, entre las que sobresale la que ha denominado como Croqueta de la Sierra de Cádiz, con chorizo, morcilla y butifarra de La Serrana. Sobre ella, dos puntos, uno de salsa brava con los mismos ingredientes, y el otro de alioli mallorquín.

Y si están sentados en la Bodeguita y de repente escuchan un ‘Joputa’, no piense que le están insultando. “Es el doble sentido de Cádiz, te comes un taco por duplicado, con costilla carnuda ibérica, encurtido, cebolla morada, salsa brava de la casa, alioli blanco y medio mollete integral. Todo producto de kilómetro cero, como se dice ahora”.

Atún macerado con ensalada de mango, molletito Guachisnai, albóndigas al mojo picón, lagrimitas de presa, tiritas de solomillo y pollo, pincho de atún moruno, arroz negro sobre alioli gaditano, revuelto Mi Pueblo, huevos rotos de aquí, o pierna de cabrito lechal, son otras de las posibilidades que ofrece Paco en su carta.

Menú degustación

Pero siempre hay que estar atentos a las sugerencias que hace. En mi visita, me llamó la atención el tartar de salchichón. “Espera, que te lo voy a poner con algo más, que estoy pensando para un menú degustación”. Ese algo más resultó ser una exquisita sopa pegá de espárragos, tan tradicional de Olvera y de la Sierra de Cádiz, en general, aunque con distintos matices según el pueblo.

Ese menú aún está por llegar. “Lo estamos preparando”, confiesa Paco. “Pero poco a poco, no hay prisa. Quiero hacer algo distinto, platos que no haya tenido en carta, que sean nuevos, o que hayan permanecido muy poco”. El tartar de salchichón con la sopa, es una de las firmes opciones para formar parte del menú.

Y a pesar de que a Paco le gusta innovar y hacer cosas diferentes, en lo que no da su brazo a torcer es en la vajilla. Platos blancos o de cristal, de los que todos recordamos tener en casa en algún momento de nuestras vidas. “No cabe duda de que hay platos preciosos, pero desde mi punto de vista, pueden desvirtuar la comida. Veo fotos de platos y me pierdo, no sé dónde está el producto. Yo no soy dado a la decoración, y es que hay algunas que se saltan el plato y hace que pierdan la identidad”.

Porque si algo tiene claro Paco Medina desde que comenzara con Bodeguita Mi Pueblo en 1991, es ser fiel a su forma de entender la cocina. No ha sido un camino fácil, pero ahí está más de tres décadas después. Si tienen la ocasión de pasar por Olvera, localidad con muchas cosas que ver a nivel turístico, concédanle una oportunidad a Paco y déjense llevar por su simpatía y buenas maneras como anfitrión.

Bodeguita Mi Pueblo cierra lunes y martes. El resto de días abre tanto para almuerzos como para cena. Los teléfonos para reservar, 956 13 11 05 y 689 33 11 87.