Ángel Rodríguez regresa al origen familiar con la Taberna Avante Claro

Cuando Manuel Rodríguez y Carmen Camacho abrieron su negocio en el popular Bajo de Guía de Sanlúcar de Barrameda en 1993, era una taberna a la que acudían regularmente cada mañana los pescadores locales a desayunar. Sus hijos echaron prácticamente los dientes en ese local, y uno de ellos, Ángel Rodríguez, vuelve a recuperar 30 años después el origen de su familia en la Taberna Avante Claro, junto a sus hermanos, Alejandro y Cristina, su tío Alfredo, y con su hermano Manolo siempre en el recuerdo.

Abierto oficialmente el pasado 30 de noviembre unos metros más allá del restaurante que crearon sus padres, recuerda Ángel que siempre había tenido «la ilusión de tener un bar más pequeñito, más manejable, con mesas altas y vinos a granel.

Si lo ves, es un local moderno, pero con los guisos tradicionales preparados en cazuelas, como se hacía en Avante Claro cuando abrió mi padre. Pero aquí también añadimos algún toque más actual en la cocina».

Por eso, cuando le ofrecieron el local, Ángel lo tuvo claro. Ese era el sitio. «Las vistas me enamoraron, y pensaba que tomarte una manzanilla, al lado de la arena, sería un espectáculo». Porque el local, con 16 mesas altas en total, con los dibujos de Manuel Rodríguez (Lapajarera), tiene hasta tres espacios. Una parte interior, otra en los soportales y que está cerrada por mamparas, y una tercera en el exterior, casi en la arena, donde se puede comer disfrutando del aire libre y las vistas del Coto de Doñana y la desembocadura del Guadalquivir.

La Taberna Avante Claro no hace reservas, y busca un ambiente más relajado respecto a las prisas más habituales en el primer tramo de Bajo de Guía. El paisaje, sin duda, ayuda a sentarse y disfrutar de la comida y la compañía. En la carta, cambian muchos platos, aunque Ángel se ha traído algunos del restaurante, como el langostino con tomate, huevos a la marinera o el falso maki de langostino con tomate.

Y después de la fama que adquirió el rape al pajarito cuando el periodista Carlos Herrera lo publicó en redes sociales, era necesario tenerlo también en la taberna. «En realidad, ese nombre se lo pusieron los mismos comensales. Es el guiso que me preparaba mi padre, cuando se hacían los pajaritos. Él me lo enseñó, y yo he utilizado rape y langostinos. Tras publicarlo Carlos Herrera, mucha gente me lo pedía, así que en la Taberna tenía que estar también».

Añade Ángel que en la Taberna Avante Claro se trabaja más el atún que en el restaurante, donde predomina otro tipo de pescado. «Además del atún con tomate, tenemos el jamón de atún, que lo hacemos nosotros mismos; el tartar, el tataki, el brioche de atún, con pan de Rico Paladar, o la morcilla de atún», entre otros platos.

Los formatos son, en ocasiones, menores que en el restaurante, de manera que algunos pueden pedirse individualmente. Es el caso del brioche de atún, la tabla de tostas, que también se sirve por unidades, los quesos, el ostión frito o las ostras, de las que hay cuatro variedades; dos francesas, baby y rizada, otra de Galicia y las de MarConil. Los guisos sí que son más contundentes, con atún al amontillado o con tomate y huevo, acedías en sobrehúsa, o los huevos de choco al ajillo, además de los ya mencionados.

Langostinos, gambas, carabineros, cigalas, galeras y caviar, completan la carta de la Taberna Avante Claro, que también incluye ensalada de tomate y otra tibia de vieira y langostinos con espuma de ajo blanco, además de los postres.

Ángel es un enamorado de los vinos, especialmente de la manzanilla, cuyo símbolo tiene tatuado en uno de sus brazos y que, además, aparece en el logotipo de la Taberna, al girar la imagen 90 grados a la derecha. Apuesta por los vinos de la provincia de Cádiz en una carta muy variable, con 22 manzanillas, además de los vinos a granel.

«Me los traje de mi barrio, de la Taberna del Guerrita. Yo vivía justo al lado, y la primera copa de vino que probé fue allí con mi padre y Manolo Guerra. Suelo ir por allí cuando descanso y tengo tiempo, y me quise traer algo de allí. Tenemos vermut, manzanilla, amontillado, palo cortado y oloroso en botellas de dos litros».

Comienza así el camino de la Taberna Avante Claro, que en invierno permanecerá cerrada los lunes. Martes, miércoles, jueves y domingo abre para almuerzos, mientras que viernes y sábado lo hace también para las cenas.