El vino de González Byass mira al mar en el Encuentro de los Mares

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Las bodegas González Byass de Jerez acogerán el final del primer Encuentro de los Mares, una cita internacional y multidisciplinar en torno al mar y sus recursos, y que está dirigido a fomentar la concienciación profesional y social para su cuidado y explotación responsable. Tras iniciarse en Málaga el día 16, la bodega jerezana celebrará su clausura con una serie de ponencias. La última corresponderá a José Argudo, Global Marketing Manager de González Byas, y a Antonio Flores, enólogo de Tío Pepe, con ‘El vino que mira al mar’.

Argudo comenta la idoneidad de este encuentro con la bodega a la que representa, ya que “es una visión del mar que se hace desde la óptica de la alta gastronomía, del conocimiento y la parte científica, y desde la sostenibilidad.

Todo esto encaja perfectamente con la filosofía de la casa, de González Byass“.

Viñedos de González Byass.

Por una parte, “la alta gastronomía, que sin duda es un vehículo altamente interesante para la expansión de las bondades del vino de Jerez por todo el mundo, ahora que España es líder mundial en restauración. Y por otra parte, la científica, pues para nosotros la calidad del producto y la investigación de la viña es fundamental, como demostramos con nuestro centro de investigación, el CIDIMA (Calidad, Investigación, Desarrollo, Innovación y Medio Ambiente).

En cuanto a la sostenibilidad, la empresa bodeguera lanza el proyecto 5+5, “en el que la compañía González Byass ha realizado una inversión importante para que las cinco generaciones que llevan hasta ahora en la empresa, dejen el planeta igual o mejor para las siguientes cinco generaciones, de ahí el nombre”. Implica el nivel de compromiso de la bodega con la naturaleza mediante el empleo de prácticas sostenibles en todas las áreas de la compañía, desde el viñedo a la bodega, pasando por los proveedores, el diseño de los productos y hasta la distribución al cliente.

El vino que mira al mar

El miércoles 19, a las 14:15 horas, Argudo y Antonio Flores hablarán sobre ‘El vino que mira al mar’. Y es que Jerez siempre ha tenido relación con el mar, desde hace milenios. A través de un recorrido cronológico, Argudo y Flores explicarán a la audiencia esa dependencia.

Y se remontarán muy atrás, a la época fenicia, “cuando trajeron el cultivo en general a esta zona, y el de la viña en particular. Fue la primera mirada del vino al mar, en el estuario del Guadalete y el Guadalquivir, una zona cuyos restos nos confirman que milenios atrás formaba parte del mar, lo que se mantiene ahí son las albarizas. Como vestigios también tenemos los lagares de Doña Blanca. Desde Gonzales Byass hicimos allí un homenaje catando vinos y salazones de atún”.

El Encuentro de los Mares se celebrará en las bodegas González Byass de Jerez.

Dando un salto, en la Historia, nos trasladarán a la época de las grandes expediciones marítimas, entre los siglos XV y XVII. Antes, “cuando Alfonso X el Sabio reconquista Jerez en 1264, en el escudo vuelve a aparecer la figura del mar. Incluso en esa época se hablaba de la industria pesquera de Jerez, muy vinculada al río”.

En esa expansión de las rutas marineras, el hijo conductor fue el Guadalete, que ha sido “la autopista, el trayecto natural por el que el vino de Jerez se abrió al mar, desde el núcleo urbano al Portal, en barcazas hasta Trocadero y luego embarcado en buques. Ese homenaje al río ya lo hicimos en 2016 rememorando y brindando por esos hombres y mujeres que hicieron que Jerez se abriera al mar. Remontamos el río para eso, para levantar la copa de vino y brindar por ellos”.

Vinos mareados

Inmersos en la conmemoración del quinto centenario de la primera circunnavegación del mundo por parte de la expedición de Magallanes y Elcano,  la presencia del vino tanto en aquella aventura como durante los viajes relacionados con el descubrimiento de América tuvo gran relevancia. “La cantidad de vino que Magallanes se llevó está perfectamente documentada en el Archivo de Indias de Sevilla. Se invirtieron 561.000 maradevíes. Podemos decir que Magallanes invirtió más en vino que en armamento”.

En en este punto cuando toman protagonismo los vinos de ida y vuelta, también conocidos como mareados. “Probablemente tuvieron su origen en una casualidad, algunas botas que no se vendieron y volvieron a Jerez. Entonces, una vez aquí, alguien se dio cuenta que esos vinos habían mejorado, y se puso de moda embarcarlos para que luego regresaran. Hay un dicho popular que dice que si al partir valía 5, mareado valía 10“.

En el caso de González Byass, la primera referencia de vinos mareados data de 1837, y el mismo año de la fundación, 1835, “Manuel González envió en el Brilliant, una goleta que partía de Cádiz, sus diez primeras botas. Nos aventuramos a decir que es el inicio del negocio, y es evidente el papel tan destacado que jugó el mar”.

El Palo Cortado XC viajó en el 90 crucero de instrucción del Elcano.

Volviendo a la expedición de Magallanes, González Byass homenajeó también a esos aventureros rememorando los vinos de ida y vuelta. Así, durante seis meses, un palo cortado viajó en el 90 crucero de instrucción del Juan Sebastián Elcano, “que ha vuelto con unas cualidades organolépticas que demuestran cómo esos vinos, efectivamente, con el vaivén del mar, los cambios climáticos y demás, le aportan unos valores que lo hacen especial. Este será el vino XC, el que cataremos en el Encuentro de los Mares“.

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