Los niños no se quedan miopes de tanta tablet: lo que necesitan son más actividades a la luz del día

Hablamos con Conchi Lillo, neurobióloga experta en patologías de retina de la Universidad de Salamanca

Ana I. Martínez

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En España, según el INE, un 25% de los menores de entre 6 y 15 años tiene miopía (1,2 millones). De hecho, la prevalencia de miopía en niños entre 5 y 7 años ha aumentado en solo cuatro años (2016-2020) de forma considerable, pasando del 16,8% al 20,1%, según el informe 'Radiografía de la Miopía Infantil en España (2016-2020)' de la Fundación Alain Afflelou y la Universidad Europea de Madrid. Según este estudio, también, el 19,9% de los niños de 5 años son ya miopes, y a los 7, el el 21,9%.

En confinamiento derivado de la Covid-19 ha disparado, además, el número de niños miopes, y hay quien ya califica a la miopía infantil de pandemia , y cuya relación con los dispositivos móviles («smartphones», tabletas, etc.) no está del todo clara. De ello hablamos con Conchi Lillo, neurobióloga experta en patologías de retina de la Universidad de Salamanca.

Llevamos unos años en los que se está viendo cómo la miopía infantil no deja de crecer. ¿Deberían preocuparse las familias?

Últimamente se escucha mucho eso de que el número de personas miopes está creciendo desorbitadamente en el mundo, y que en su mayoría son los niños y los jóvenes son los más afectados. De hecho, en los últimos 50 años se ha multiplicado el número de jóvenes miopes, llegando al 90% de ellos en países asiáticos. Ahora bien, la comunidad científica tiende a pensar que los datos se están exagerando y desde luego, no es una «epidemia», (nombre con el que se ha llegado a describir este fenómeno, aunque una epidemia tiene un origen infeccioso o contagioso y la miopía no lo tiene). Hay que ser un poco prudentes con los números.

En los últimos años ha habido una alta tasa de escolarización en muchos de estos países donde se ha detectado un incremento exagerado de casos y esto mismo ha ayudado a detectar casos que estaban «escondidos» o camuflados por no haber tenido que hacer esfuerzos para enfocar y leer de lejos hasta ese momento. Esto, asociado al mejor acceso a la sanidad permite detectar mejor los casos ocultos de miopía (antes había menos diagnóstico, ahora somos capaces de detectarlos antes y mejor). De todas formas, las tasas de miopes en países occidentales son bastante menores y los datos apuntan a que no ha habido tal repunte (mal llamado «epidemia») cuando se analizan estos datos de forma rigurosa.

¿Podrías explicar, de una manera sencilla, qué es ser miope y por qué se desarrolla (factores genéticos, porque estudiamos mucho, trabajamos con el ordenador...)?

La miopía se debe a que el ojo es un poco más largo de lo normal o que la córnea (la capa transparente que recubre el iris y la pupila) está más abombada de lo normal . Esto hace que la imagen no se proyecte en el fondo del ojo, donde está la retina y con lo que realmente vemos y enfocamos, sino que las imágenes que están lejos se proyectan en una zona anterior a la retina. A los hipermétropes les pasa justo lo contrario. En muchos casos se debe a factores genéticos (se han detectado más de 100 genes causantes de miopía) pero el componente genético no explica por sí solo la gran cantidad de casos; también hay factores ambientales relacionados con su desarrollo. El ojo (y la vista) se desarrollan durante la infancia, por lo que es normal que los casos se detecten a estas edades tempranas, sobre todo si los niños realizan actividades que la pongan de manifiesto, como la lectura de lejos (por ejemplo, leer la pizarra en el cole).

Por tanto, un menor que pueda tener miopía y aún en casa no lo sepan... ¿Qué síntomas presentará?

Es posible que un menor tenga miopía y que, por no esforzarse a leer de lejos (sencillamente porque le cueste más y no sepa por qué), no lo detectemos de forma temprana. Los síntomas serán que requiera más esfuerzo para leer a lo lejos y es posible que al costarle tanto, no quiera poner ese esfuerzo de su parte para leer en el cole. Tendremos que estar atentos a las señales.

Muchos padres y madres siempre dicen a sus hijos... «Deja ya el móvil, que te vas a quedar ciego». ¿Es cierta esta frase? El móvil, la tableta... ¿tienen la culpa de que cada vez más niños lleven gafas? ¿Por qué?

Aunque tengamos asumido desde hace tiempo que el esfuerzo que hay que hacer al fijar la vista de cerca es el causante de que se desarrolle la miopía, no es el culpable por la razón que pensamos. Esta creencia está alimentada porque asumimos que hay una correlación directa entre el nivel educativo y el tiempo que niños y adolescentes pasan leyendo, estudiando o actualmente, pegados a una pantalla. El trabajo a distancias cortas durante mucho tiempo sí causa molestias oculares asociadas a la fatiga visual (ojos enrojecidos, lagrimeo, etc.) y de acomodación, pero no es el causante del alargamiento del globo ocular , que es el verdadero culpable de la miopía. El tiempo que pasa el niño delante de la tableta no es el responsable directo de su miopía , o al menos, no por la razón que siempre nos han contado.

Entonces, ¿a qué se debe que haya cada vez más menores miopes?

Hay muchos estudios recientes que han demostrado que este esfuerzo de lectura no es el causante directo de los casos de miopía, pero sí parece ser un cómplice de ellos. Esto es porque mientras están haciendo estas actividades, están privados de la luz intensa del sol (o de la habitación, porque solemos leer con luz tenue), que es la que ayuda a que el crecimiento del ojo sea proporcionado. Al parecer, la luz intensa causa la secreción de dopamina en nuestra retina y una de sus consecuencias es que impida el crecimiento anormal del ojo. Si no estimulamos la síntesis de esta dopamina con luz brillante, estamos promoviendo que el ojo siga creciendo. Así que lo más probable es que el confinamiento prolongado en el que mucha gente no ha podido estar expuesta al sol todo lo que debería, ha propiciado el crecimiento de los casos de miopía más recientes.

Qué pueden hacer padres y madres para que sus hijos tengan una mejor salud visual, tanto para quienes tienen pequeños ya miopes (si es que pueden hacer algo para que la miopía no les aumente) como para los que aún no.

Conociendo estos datos, hay varias cosas que podemos hacer para disminuir estos factores de riesgo que sabemos están asociados al crecimiento de la miopía. Lo primero, salir más a la calle y hacer actividades con luz diurna . Estas actividades pueden ser leer también. En casa, no leer con luz muy tenue, encender algo más que la luz del flexo, dar la luz de la habitación, por ejemplo, mientras estén estudiando o haciendo los deberes. Otra recomendación secundaria es que cuando tengamos que ponerles gafa s no les pongamos filtros para luz azul , porque de hecho es esa luz (la de mayor energía), la que se ha comprobado que estimula en mayor medida la síntesis de dopamina. No necesitamos filtrar esa luz porque la evidencia dice que no es dañina para nuestros ojos. Eliminarla de nuestra vida no solo puede ser un factor que ayude al desarrollo de la miopía, sino que también podemos estar alterando los ritmos circadianos.

Para tratar de reducir los signos de fatiga ocular asociados al esfuerzo visual que hacemos con las pantallas, lo que tenemos que hacer es parpadear frecuentemente y tomarnos descansos siguiendo la regla del 20/20/20 . Es decir, cada 20 minutos tomarse 20 segundos de descanso y mirar (y tratar de enfocar) un objeto a 20 pies de distancia (6 metros).

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